45.000 personas solicitan las bases para participar en 'Gran hermano'
Las pruebas para elegir a los concursantes de la octava edición, que se efecturán en diferentes ciudades españolas, arrancaron ayer en Madrid
Actualizado: GuardarEn plena era tecnológica, buscar El- dorado es una aventura sin mar de por medio. Basta con superar las pruebas necesarias para convertirse en concursante de Gran hermano y, con un poco de suerte, hacer una carrera mediática y llevarse al bolsillo unos cuantos millones. Más de 45.000 personas aspiran a cumplir este sueño y se han puesto en contacto con Zeppelin. La productora del programa de Telecinco inició ayer el primer cásting para la octava edición, que se iniciará a partir de septiembre.
La primera prueba -que termina hoy en un hotel madrileño- ha reunido a cerca de 600 personas. Hay quien es pertinaz y repite en el cásting. Es el caso de Alejandro Suárez, de 27 años, un gestor industrial con el cuerpo esculpido en el gimnasio que ve en GH «posibilidades laborales» para convertirse en modelo o abrirse camino en «otros campos».
Jonathan, de 20 años, es equilibrista de circo, como su padre, que le acompaña a las pruebas, y estudia al mismo tiempo arte dramático. «¿Convertirme en tertuliano? Por qué no», se atreve a soñar. Algunos no se animan a confesar que quieren atravesar esa difícil frontera del anonimato a la popularidad, aunque ésta sea efímera, y sólo arguyen que quieren «vivir la experiencia», como Xandra, de Vitoria, estudiante de Psicología. Natalia, de 23 años, es más clara: «Veo ridículo decir que se viene aquí a vivir la experiencia de convivir durante 100 días en una casa cerrada. Yo quiero el premio, los 300.000 euros, porque la vida está muy mal, sólo consigues contratos basura y ser una cara conocida ayuda mucho». Ella es una luchadora que estudia análisis informático, trabaja en una tienda de muebles y en hostelería, además de cuidar a su padre enfermo.
La selección empieza con un test que incluye, entre otras preguntas, cuestiones de carácter intimo. Quieren saber si el candidato, a la hora de elegir pareja, cree que es mejor amar a alguien que tenga un nivel cultural y social parecido al suyo, o si se implica emocional y físicamente desde el primer momento en una relación. La productora piden a los candidatos que les faciliten ocho teléfonos de personas de su entorno para llamarles en un momento determinado. Luego vendrá una prueba ante la cámara, de tres minutos máximo, además de la entrevista con el psicólogo.
En busca de ese «algo»
¿Qué perfil de ccncursante busca el programa? Marta Moure, periodista, una de las directoras de cásting, explica que no hay unas características predefinidas. «Nos interesa la personalidad, el hecho de ver algo que nos llame la atención. No buscamos gente conflictiva, pero sí con identidad marcada. Y, claro, extravertidos, capaces de expresar sus sentimientos, porque una persona tímida y cerrada nada tendría que hacer en esta clase de convivencia», explica Moure, quien reconoce que los aspirantes «se las saben todas» para encandilar a las cámaras y hacerse notar.
Inma, Aída o El Yoyas tenían ese «algo» que Moure detectó en su momento. Después, los seleccionados pasarán por las manos de un equipo de psicólogos, coordinado por Enrique García Huete, que detecta cualquier desequilibrio que pueda impedirles subirse al tren de la fama.