Cartas

Homenaje a Félix Bayón

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La noticia del fallecimiento de Félix Bayón nos conmocionó a muchos hace poco más de un mes. Durante los días siguientes, una cascada de artículos elogiosos de su persona y obra inundaron páginas de periódicos, foros de Internet y llamaron la atención de algún que otro comentarista radiofónico. Ya entonces se dejaron sentir silencios -o lo que es peor-, medias palabras, que resonaron con estruendo. Después, como es normal, los días, las semanas, se han sucedido y, salvo los más cercanos, pasaron página. Ahora el Ateneo de Cádiz ha tenido la buena idea de convertir el previsto acto de su recepción como ateneísta en un acto de recuerdo y homenaje. La tarde del pasado martes 30 de mayo apenas dos docenas de personas nos reunimos en la sede de la calle Ancha. En su gran mayoría familiares. Ahora las ausencias han sido las que se han dejado ver más que a tamaño natural. Los gaditanos no suelen ser asiduos a actos de esta naturaleza. Como tampoco lo son a entierros, conferencias y actos académicos. Salvo que den la consigna quienes tienen que darla. No ha sido el caso, evidentemente. No es que se echaran en falta a las fuerzas vivas de la ciudad, es que tampoco se vio ni la sombra de académicos, universitarios, literatos y añadan el etcétera que quieran.

Seguramente no sea objetivo. Que me abandono a los sentimientos que se acumulan por haber vivido con Félix sus dos primeras vidas. Una de forma más intensa que otra. Pero no puedo dejar de relacionar los silencios de hace un mes y las ausencias recientes con la actitud crítica que mantuvo durante los últimos años de su vida respecto al régimen caciquil que se ha levantado en Andalucía durante las últimas décadas. El que comenzó al amparo de el que se mueva no sale en la foto y ha extendido sus raíces de forma profunda hasta los más insospechados estratos de la sociedad. Desde asociaciones de vecinos a empresarios y desde peñas a escritores y demás artistas. Es posible que el problema pueda estar en que Félix se movía y mucho. Demasiado quizás para lo que se espera de un hombre de su trayectoria: miembro de la redacción fundacional del diario independiente de la mañana El País, y subdirector de informativos de Canal Sur, La nuestra. Bayón era uno de los nuestros. Una persona moderada, realista, brillante y buena gente como muchos han recalcado. Pero además era independiente, no sólo por la mañana, sino también por la tarde y por la noche; tenía un punto de coherencia consigo mismo que hoy empieza a ser algo raro y también era inteligente, por lo que pensaba, analizaba y sacaba deducciones. Por eso, cuando un nuevo corazón le concedió una segunda vida y se instaló en Marbella, volvió a Andalucía y vio lo que vio, no pudo tener otra actitud que la que tuvo. Entonces dejó de ser de los nuestros para convertirse en el que sistemáticamente no salía en las fotos.

José Luis Gutiérrez Molina. Cádiz