La educación, a debate
Actualizado: GuardarEl presidente del Gobierno ha anunciado subvenciones en el reciente discurso del Estado de la Nación. Estudiar inglés, la lengua de moda y universal, está primado con varios cientos de euros. Según comentó el líder del PSOE, hasta 1.000 euros se otorgarán a los jóvenes que deseen estudiar inglés en España o en un país extranjero.
Para el PSA, estas ayudas no son más que la constatación de que nuestro sistema educativo se encuentra en horas bajas. Si Rodríguez Zapatero tiene que prometer ayudas y becas para estudiar inglés a los jóvenes de entre 18 y 30 años eso supone que nuestro sistema educativo hace aguas. Es impensable que el Gobierno tenga que gastarse un dinero extra en un objetivo que debería estar cubierto con nuestro sistema educativo tradicional. Es lícito e incluso recomendable que a los jóvenes se les premie el interés y la responsabilidad por formarse, aprender y elevar su nivel cultural, pero de ahí a gastar dinero público en incentivar y fomentar un objetivo que se supone debe estar cubierto va un largo trecho. Sin lugar a dudas, este dato demuestra que la estructura educativa de España necesita de más atención económica y funcional.
Si el dinero que Zapatero ha prometido para becar el estudio del inglés se invirtiera en mejorar los parámetros educativos de nuestro país, la esencia de la idea del PSOE quedaría mejor concretada. En primer lugar porque becando individualmente se invierte en pocas personas agraciadas, y en segundo lugar porque invirtiendo en la estructura educativa se consigue el beneficio de muchos más estudiantes, ya que se conseguiría estructurar la educación de los idiomas de tal forma que se llegara a una vertebración adecuada del sistema.
Todos los recursos económicos que se consigan recolectar en esta campaña serán bien recibidos en la caja única del sistema. De las subvenciones anunciadas por Zapatero en el discurso del estado de la Nación, el Ministerio de Educación será el que soporte la mayor carga financiera. El departamento de Mercedes Cabrera asumirá, además de las subvenciones para estudiar inglés (432 millones de euros), el aumento en las becas (160 millones de euros), el aumento de la dotación del programa Erasmus (64 millones de euros), y el programa de intercambio universitario (78 millones de euros).
Desde el PSA no entendemos como tras la reciente aprobación de una Ley académica, estas cifras pueden barajarse como compensatorias al sistema. Esta claro que hay que apostar por la educación y más en la situación actual que se configura en nuestro país, pero tras una ley que ha estado sobre la mesa tanto tiempo, un parcheo de este tipo no convence a nadie y además descubre las carencias de una ley que se ha aprobado con muchas voces en contra.
La LOE nació con problemas estructurales, y Zapatero, sin querer, nos ha demostrado que existen muchos aspectos que han escapado a la regulación de la norma. La anterior ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, presentó el anteproyecto de la LOE hace un año, el 31 de marzo de 2005, y el Consejo de Ministros remitió el proyecto al Congreso en el mes de julio. Desde entonces llevamos debatiendo una ley que -tras ser aprobada y provocar la sustitución de la ministra-, ahora necesita compensaciones económicas e incentivos.
Desde el PSA entendemos que la cuestión no es baladí. Un presidente del Gobierno no puede dejar en la cuneta o marcar pautas educativas adicionales tras la aprobación de una ley de esta índole. Si se demostrara que esas ayudas son necesarias estaríamos ante un flagrante error ministerial, al aprobar una ley que necesita compensaciones posteriores para conseguir sus objetivos. Y por otro lado, si Zapatero hubiese utilizado el anuncio de estas ayudas para ganar puntos en el recuento final del debate en el que anunció su propuesta, estaría incurriendo en una descompensación del sistema educativo, de la economía presupuestaria de una cartera tan importante como educación y de la contabilidad general del estado. El Gobierno no puede eliminar cuestiones elementales como los autobuses escolares, mientras anuncia subvenciones de este tipo. El PSA está a favor de que una vez que se cubran las necesidades básicas de los estudiantes se incentive su formación, pero para ello antes se debe generalizar la gratuidad en los libros de texto, como tanto prometió, y asegurar el libre acceso a la educación y otras cuestiones fundamentales que son punto de partida.
El PSA aboga por la mejora de los parámetros educativos y se mantiene firme en la idea de que hay que incentivar a los jóvenes para fomentar su formación y nivel de aprendizaje, pero siempre desde una perspectiva de equidad, razonamiento lógico y equilibrio. Parchear la educación para ganar un debate o simplemente tapar las vergüenzas de un sistema que necesita de un debate individual no es bueno para España, para los estudiantes, ni para los ciudadanos, que a fin de cuentas son quienes pagan esas ayudas que Zapatero ahora se saca de la manga.