Los españoles lideran el desinterés de los ciudadanos de la UE por la política
La II Encuesta Social destaca que son los que más salen a la calle a manifestarse Los ciudadanos suspenden a la justicia y dan un aprobado a la sanidad
Actualizado: GuardarA los españoles nos interesa poco la política nacional y miramos con escepticismo y hasta desconfianza instituciones como el Parlamento y el Poder Judicial. En cambio, descollamos como los europeos más propensos a lanzarse a la calle en manifestación en defensa de lo nuestro o en contra de algún proyecto de la administración de turno. La II Encuesta Social Europea (ESE), que incluye datos de 24 países de la UE, nos retrata optimistas respecto de las ventajas de la inmigración, satisfechos de servicios sociales como la sanidad pública y, en menor medida, la educación, pero menos conformes con la marcha de la propia vida de lo que cabría esperar. Las fechas explican uno de los resultados más llamativos, el que coloca a España como el país europeo cuyos ciudadanos más se manifiestan en las calles, seguido de lejos por Ucrania -en plena revolución naranja-, Islandia, Luxemburgo, Francia y Noruega.
Contra Aznar
Un 34% de los españoles declaraba haber salido a la calle a protestar -en actos autorizados-, en los doce meses anteriores, lo que refleja «el grado de contestación que había en la época del gobierno de José María Aznar», a juicio de Mariano Torcal, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra y coordinador nacional de la encuesta.
Ese ardor de pancarta contrasta, sin embargo, con el recelo por la política y los políticos que declaran los ciudadanos de este país. El 28% admite su total desinterés por estas cuestiones -algo menos, no obstante que en 2002, cuando llegó al 34%-. Los españoles muestran, además, escasa confianza en los políticos y en el sistema judicial, a los que endosan sendos suspensos, con notas de 3,7 y 4,7, respectivamente. El parlamento sale algo mejor parado, con un 5,1.
Inmigración y sanidad
Según la ESE, la inmigración se ve aún con buenos ojos en España. De cero a diez, los españoles califican con un 5.6 la llegada de inmigrantes como «buena para la economía», y con un 5,1 «porque hace que el país sea un lugar mejor para vivir». Como servicio público la sanidad española merece elogios generalizados entre sus compatriotas. Recibe una nota del 5.8, superior a la que conceden a la suya en países más prósperos como Noruega, Reino Unido o Suecia. Los más satisfechos con su sanidad son los belgas (7.2). La prosperidad económica de un país parece incidir bastante en la felicidad de los europeos. En este ranking de la felicidad nacional España está en el puesto número 12, con una nota apreciable, de 7.1, y una equivalente del 5.2 para la economía del conjunto del país.