«Damos un poco de felicidad por medio de la ropa»

- ¿Es aprovechable toda la ropa que entrega la gente?

- El 90% de las cosas que recogemos son útiles y aprovechables; lo que procuramos es que la gente no tire nada porque es una pena habiendo tanta gente necesitada. Además, si la ropa llega a la planta entorpece el trabajo y contamina. Buscamos la vía necesaria para que llegue a quien lo necesita de verdad. En definitiva, nuestro trabajo consiste en dar un poco de felicidad por medio de la ropa.

- ¿Cuantos kilos de ropa recoge a la semana?

- Entre tres y cinco mil kilos, depende de la época. En primavera todo el mundo está por la labor de hacer limpieza en el fondo de armario.

- ¿Quienes colaboran más?

- Todavía queda mucho trabajo por hacer; hay que concienciar a las personas para que no tiren nada. La gente de clase media alta de Cádiz es la que más colabora. En el otro extremo está la clase baja y alta, quienes no tienen conciencia de la necesidad, puesto que prefieren tirar sus prendas y lo poco que dan está en tan mal estado que no vale para nada. Se olvidan que esto no es reciclaje, es reutilización. Después de muchos años hemos ido aprendiendo que zonas de la ciudad merecen la pena. En Astilleros, por ejemplo, la gente es muy limpia y te entregan la ropa lavada y planchada, mientras que en el centro las personas donan sus prendas sucias.

- ¿Has tenido otros trabajos?

- Claro, desde los 12 años que llevo trabajando he hecho de todo para sacar a mi familia adelante. He sido cocinero, mecánico, albañil, soldador... Me considero un trabajador nato; prueba de ello es que nunca he estado cobrando el paro. Por mis cualidades nunca me ha faltado trabajo, yo busco el oficio y si no existe, lo creo.

- ¿Además de recoger ropa, actualmente haces algo más?

- Como conozco gracias a Dios muchos oficios, por las tardes me busco chapucillas. Lo mismo me da arreglar calentadores, pintar paredes, poner azulejos o hacer trabajos de jardinería. Nunca he estado una semana sin trabajar.