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El fiscal no pedirá prisión para Otegi porque no aprecia nuevos delitos
Marlaska decidirá hoy sobre su situación procesal cuando termine de tomar declaración a los dirigentes de Batasuna El nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional relevó la semana pasada al acusador público en este sumario
Actualizado: GuardarEl juez Fernando Grande-Marlaska no decidirá hasta esta noche si ordena o no el encarcelamiento de Arnaldo Otegi y de los otros siete dirigentes de Batasuna que ayer comenzaron a declarar en la Audiencia Nacional acusados de pertenencia a banda armada y de amenazas terroristas. Pero el fiscal ya anticipó ayer que no encuentra nuevos indicios delictivos en el comportamiento de los encausados, por lo que es previsible que no pida prisión para ellos, ni el endurecimiento de las fianzas que presentaron en su día para salir de prisión.
Grande-Marlaska comunicó a las partes que las vistillas para determinar si existen motivos o no para ordenar el ingreso en prisión preventiva de los ocho procesados se celebrarán hoy jueves, a las ocho de la tarde, una vez finalicen los interrogatorios de los miembros de la mesa nacional del partido ilegalizado.
El juez interrogó ayer a Otegi, Rufino Etxebarria, Karmelo Landa y Jon Gorrotxategi y hoy tomará declaración a Juan Cruz Aldasoro, Joseba Álvarez, Pernando Barrena y Joseba Permach. Ninguno de los imputados quiso contestar ni a las preguntas del fiscal ni a las de los abogados de la acusación. Las vistillas de hoy jueves se celebrarán sólo a instancia de las acusaciones particulares -la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia (DyJ)-, porque la Fiscalía, a través del teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, las creyó innecesarias. La AVT y DyJ anticiparon que pedirán el encarcelamiento de los ocho imputados.
Relevo de fiscales
Santos desveló durante los interrogatorios que el Ministerio Público no cree necesario endurecer la situación procesal de los imputados -en libertad provisional o bajo fianza, según los casos- porque no observa en su comportamiento reciente un mayor riesgo de fuga o un peligro más alto de reiteración delictiva. Las palabras del fiscal anticipan que no tiene previsto pedir ni encarcelamientos provisionales ni fianza adicional alguna para los dirigentes de Batasuna.
La Fiscalía General del Estado, en contra de su costumbre, ha mantenido hasta ahora un mutismo total sobre la postura que iba a defender en las vistillas. Santos es de forma provisional el encargado del sumario contra Batasuna porque el nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, decidió relevar la semana pasada al fiscal que tenía hasta el momento encomendada la causa, Juan Moral.
Los ocho dirigentes de Batasuna fueron citados por el juez para responder de dos acusaciones distintas. Grande-Marlaska, a la vista de los informes policiales, quiere aclarar si la cúpula del partido ilegalizado violó el auto de suspensión de actividades al elegir en marzo, de forma clandestina, una nueva dirección y al presentarla en público el 24 de marzo, durante una rueda de prensa a la que asistieron los más de treinta miembros de este órgano.
Ocho procesados
El magistrado amplió el viernes pasado las acusaciones contra los ocho procesados al imputarles un delito de amenazas terroristas. Grande-Marlaska considera que Batasuna amenazó la semana pasada al Estado y a los ciudadanos con el bloqueo del proceso de paz, iniciado el 24 de marzo con el alto el fuego de la banda, si la Audiencia Nacional encarcela a los dirigentes del partido ilegal.
Sin embargo, estas amenazas continúan. Ayer mismo, Joseba Álvarez, miembro de la mesa nacional, afirmó en Bruselas que si el juez Grande-Marlaska ordena la prisión para los ocho dirigentes de su formación «el proceso puede tener un colapso serio» aunque «no una ruptura». Álvarez reiteró que Batasuna «está dispuesta a responder inmediatamente a la demanda de diálogo», proceso en el que quiere participar «en las mismas condiciones» que el resto de las fuerzas políticas.
Y el portavoz de Batasuna, Joseba Permach, insistió en que el encarcelamiento de los dirigentes de Batasuna, dos de los cuales pertenecen al grupo interlocutor de este partido, situaría el proceso de paz en una situación «grave, delicada y a las puertas del colapso».