El Código
Actualizado: GuardarParece una película, pero es verdad. Un libro, una novela, el Código Da Vinci, ha hecho temblar a una de las religiones más grandes del planeta, por algo será, algo tendrán que esconder. Pues el Cádiz, influenciado por el éxito de la novela, decide que para escoger al nuevo entrenador hay que montar una intriga, llena de pistas que sólo puedan descifrar los escogidos, un código secreto. Empiezan vendiéndonos un abanico de nombres que la mayoría no cumplen el perfil, que no es otro que bueno, bonito y barato. Otra cosa es que no se iba a fichar a un futbolista de campanillas que levantara el ánimo de la afición, el pelotazo era el entrenador, el fichaje estrella era el mister, que nadie hablara de otra cosa. Tenía que ser alguien que conociera la plantilla, alguien que tuviera hambre de triunfo, alguien que la gente coreara su nombre, que no pusiera muchas pegas, que no pidiera nada, activo, gaditano sin serlo, un valiente. Lo mismo que Leonardo pinta en la Santa Cena a Magdalena, de alguna manera ya nos estaban pintando al nuevo entrenador. ¿Es José! Se apresuran en negarlo. Salta la bomba ¿OLI! El cadismo se mueve, revive, toda la ciudad habla del equipo. Que sí, que no. Yo me alegro, me emociono. No puedo ser imparcial ¿es mi amigo! No existe ningún entrenador en el mundo que pueda asegurar que va a subirnos a Primera. Y si los equipos juegan a imagen y semejanza del que los entrena, el Cádiz del año que viene va a ser, honrado, trabajador, luchador, incansable, comprometido, valiente, ganador, va a ser Oli. Es seguro que tiene muchas cosas en contra, pero también tiene muchas a favor. Cualquiera tardaría un mes o dos en conocer a la plantilla, él no. Conoce perfectamente lo que es nuestro club y nuestra afición, y tiene dos cojones. Sólo hay que darle el tiempo que le daríamos a otro cualquiera, con la ventaja de saber que no viene ni a robarnos, ni a engañarnos. ¿Es Oli! El que pudo venir aquí a pasearse, y ha terminado loco perdido. Además arranca con una ventaja, con ocho puntos, los mismos que le pusieron en la cara por meter un gol para su Cádiz de su alma. Oli es nuestro Mister. Gloria a Oli.