Roban una apisonadora y la estrellan contra un almacén de la calle Lechuga

Los vecinos de la calle Fontán no daban crédito a lo que veían: tres jóvenes habían robado de una obra aledaña una apisonadora, y bajaban a toda la velocidad que el vehículo les permitía hacia la calle Lechuga.

«Había dos personas lavando un coche», explica uno de los vecinos que presenció «el delito surrealista», y tuvieron que «apartarse en el último instante para evitar que esos vándalos los atropellaban».

Los hechos ocurrieron sobre las diez y medida de la noche. Tres adolescentes consiguieron accionar el motor de la apisonadora, todavía se desconoce exactamente cómo, y «recorrieron dando bandazos hasta la otra punta de la calle». Tras perder el control del vehículo, que apunto estuvo de estrellarse varias veces contra las fachadas de las viviendas cercanas, los jóvenes se arrojaron de la apisonadora en marcha y dejaron que ésta colisionase contra un almacén que hacía esquina en la calle Lechuga.

Según otro de los testigos, «la Policía llegó más de media hora después de que la avisásemos, y se limitó a darle vueltas a la máquina, intentando averiguar cómo la habían arrancado y viendo la manera de devolverla a su sitio, pero sin ni siquiera hacer una ronda para ver si los ladrones estaban cerca».

No sólo vandalismo

Los vecinos les manifestaron a los agentes de la Policía Nacional su indignación, «sobre todo porque no es un simple acto de vandalismo, o un robo de maquinaria, sino que podía haber acabado en una verdadera tragedia, ya que estuvieron a punto de atropellar a varias personas que estaban en la calle y a otras que salían de sus casas».

Después de «un buen rato», los agentes de la Policía consiguió devolver la apisonadora a «otro punto de la calle», adonde permanecía ayer a primera hora de la mañana.