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Zapatero anuncia que sólo hablará con ETA de su disolución y del futuro de sus miembros
El presidente reclama al PP un apoyo «cerrado, sin fisuras y sin condiciones» en la búsqueda del final de la violencia para hacer «el mejor servicio al país»
Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer que con ETA tiene que hablar de tres asuntos: la entrega de las armas, su disolución y el futuro de sus miembros. De nada más. El presidente del Ejecutivo reclamó además al PP un apoyo más estrecho en el proceso abierto tras el alto el fuego. Quiere un respaldo «cerrado, sin fisuras y sin condiciones» del partido opositor, que es el que, aseguró, daría él si la situación política fuera la inversa, ya que un tema de este calado «trasciende» al color del Gobierno de turno. El jefe del Ejecutivo escogió una entrevista concedida a Catalunya Radio la víspera del debate sobre el estado de la Nación para decir de qué hablará con la organización terrorista, algo que hasta ahora se había reservado. Zapatero satisfizo de esta forma las exigencias del PP, que siempre -ayer, sin ir más lejos-, ha condicionado su colaboración con el Gobierno a que el diálogo con ETA se limite a la entrega de armas y a la disolución. De sus palabras se extrae que el Ejecutivo descarta que la política forme parte de las eventuales conversaciones, un condicionante exigido asimismo por el PP.
Complicidad
Respecto al momento y al escenario elegidos por el presidente del Gobierno para hacer estas declaraciones, sus colaboradores aventuraron la posibilidad de que busque la complicidad del PP para el debate sobre el estado de la Nación de hoy y mañana. Sus palabras además no dejaron lugar a equívocos; con ETA, dijo, se conversará «para que deponga definitivamente las armas, para que se disuelva como organización y del futuro de sus integrantes». Aclaró que aún «no hemos empezado a hablar» con la organización terrorista y, por tanto, sería imprudente hacer hipótesis sobre excarcelaciones o indultos de presos de ETA. Zapatero se mostró además disgustado por la colaboración del PP. Debería ser un apoyo «cerrado, sin fisuras, sin condiciones, sin críticas ni exigencias», pero, a su juicio, no es así. Evitó culpar a Mariano Rajoy de esta línea de conducta, que atribuyó a «sectores y voces del PP» que no identificó. Fuentes gubernamentales indicaron que se refería a la línea dura encarnada por Ángel Acebes, Ignacio Astarloa o el propio José María Aznar, así como a medios de comunicación afines a esta estrategia.
El jefe del Ejecutivo sostuvo que si la situación fuera la inversa, él, como líder de la oposición, prestaría un apoyo «pleno, constante y continuo», y recordó que así lo hizo entre 2000 y 2004 para todas las cuestiones referidas a la lucha antiterrorista. Se mostró convencido de que la sintonía entre el Gobierno y la oposición en un proceso de paz es el deseo de «la mayoría de los ciudadanos» porque conseguir el final de la violencia es una tarea que «trasciende» a este Gobierno o al que venga. Si el PP se pone del lado del Ejecutivo, agregó, harán «el mejor servicio al país». Zapatero mantiene una fluida relación telefónica con el líder de la oposición sobre la evolución de los acontecimientos y ofreció hacer extensiva esta información a otros líderes del PP en el marco del Pacto Antiterrorista o «por la vía que ellos decidan». La idea del jefe del Ejecutivo es convocar el acuerdo el próximo jueves, tras el debate sobre el estado de la Nación, pero el partido opositor, según fuentes gubernamentales, no ha dado una respuesta. Zapatero eludirá ser tan locuaz sobre el diálogo con ETA, el apoyo del PP o la postura de Batasuna hoy en el debate. Fuentes gubernamentales informaron de que no rehuirá el tema, pero hará una referencia general, sin entrar en detalles, porque quiere hacer una exposición específica y pormenorizada en el pleno monográfico en el que pedirá el aval parlamentario para dialogar con ETA. Ese debate, agregaron las fuentes citadas, puede celebrarse la primera semana de junio.
El presidente recordará en su intervención que hoy se cumplen tres años sin un asesinato de ETA, y dos meses y una semana de la entrada en vigor del primer alto el fuego permanente en la historia de la banda.