Cartas

El exiguo sueldo del funcionario público

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando en el año 2002 se nos prometía desde el Gobierno vigente que se prestaría especial control para evitar que los precios se descontrolaran con la llegada del euro, hubo personas como yo, que nos lo creímos sinceramente, pero que yo sepa, no ha salido a la luz pública ningún expediente sancionador por infracción por subida abusiva de precios.

Soy funcionaria desde hace más de veinte años, y créanme que no he vivido económicamente etapa peor que ésta.

Todo empezó cuando el Gobierno en un momento determinado de crisis nos pidió a los funcionarios que nos apretáramos el cinturón, y no sólo nos lo pidió sino que el propio Estado hizo un agujero más en ese imaginario cinturón.

A partir de aquel momento, nuestra economía, la economía del funcionario público se fue deteriorando de forma paulatina, porque ese incremento anual que se fija en relación al IPC, nunca ha sido real y eso es conocido en el Gobierno también, pues ellos tienen que mantener sus casas y saben que los precios son superiores a esa estimación.

Sin ir más lejos, en el 2001 antes de la entrada en vigor del euro, yo podía desayunar con 125 ptas. y hoy a 2006, no lo hago por menos de 2,20 euros (366 ptas.), más del doble. Si a esto se acompañase que mi sueldo hubiese subido en la misma proporción, podría estar contenta, pero mi sueldo, no ha subido el doble, ni la mitad, ni tan siquiera el 25%.

Ahora cobro 186 euros más que en el 2001, siendo un grupo B, lo que representa un 13,1% más que el 2001. El aceite ha subido un 44% con respecto al año pasado, el valor de la vivienda se ha triplicado y ya vemos como lo más normal del mundo las hipotecas a 50 años.

Y ante todo esto, ¿dónde están los sindicatos? No sé ustedes, yo sólo los veo aparecer en época de elecciones. Yo, que milité en un sindicato hace años (cuando realmente se luchaba por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores) vergüenza me da ver como están los sindicatos en la actualidad, sobretodo los de funcionarios. Las únicas batallas que plantean, son las batallas ganadas, o sea, aquellas que ya están pactadas con la Administración (que criterios van a tener las ayudas sociales, básicamente, pues otras cosas no tratan). Esos funcionarios sindicalistas, han perdido toda su fuerza y su idealismo en aras de disfrutar de sus horas sindicales o mejor aún de su liberación sindical en teoría para trabajar por el resto, cosa que no hacen.

¿Qué medidas está tomando el funcionario público ante esta economía de subsistencia? Sencillamente salirse por la tangente, su desmotivación le lleva a coger bajas laborales.

Creo que estamos llegando a una situación insostenible y yo, como funcionario de carrera, me da pena ver como se deteriora el Servicio Público. Ahora sólo cabe que los trabajadores públicos le plantemos cara a la situación y que esos sindicalistas de pro empiecen a reaccionar

Esta situación afecta sobre todo al funcionario de la Administración Central del Estado, ya que en las Administraciones Autonómicas, algunas si actualizaron los sueldos. Me gustaría que esta carta no quedase aislada y que otros funcionarios públicos escribiesen. Ya está bien de callar la situación en la que nos encontramos.

María Dolores Duque Lucas. Funcionaria de la Subdelegación del Gobierno de Cádiz.