La semana de Giorgi Dan
Actualizado: GuardarNo sé qué temperaturas se alcanzarán este verano en Cádiz, pero a falta de un mes para el estío, el pronóstico es que viene calentito. La proximidad de las elecciones sube el termómetro político y cada movimiento es analizado con detalle. Es ahora cuando los candidatos empiezan a poner la carne en el asador, aunque algunos parece que han empezado pronto la barbacoa y podrían llegar a mayo de 2007 con los pinchitos pasados y las chuletas demasiado churruscadas.
Eso, claro, después de conseguir no atragantarse a chupitos de Narbona, el licor verde y amargo de actualidad, porque si esta semana ha sido la resolución de Costas sobre la prohibición de espectáculos y actividades en la playa, mañana pueden ser Las Aletas, que en los próximos meses amenazan con provocar más de un empacho si los empresarios cogen la sartén por el mango y se plantan a las puertas del Gobierno para exigir que ponga más carne en el asador. Menos mal que una rectificación a tiempo es sabia, aunque también cara, y el delegado del Gobierno retiró su informe suicida y evitó que la única barbacoa que tuviéramos fuera la de Giorgi Dan. Aunque ya quería ver yo al señor López Garzón, rodillo en alto, exigiendo la paralización de las fiestas en La Caleta o Santa María del Mar. De locos. Una Administración de locos. Y ahora matiza que podría darse una «aplicación más flexible». Las normas están para cumplirlas y si se dictan se acatan, pero habría que medir antes los ingredientes para no quedar mal en la cocina y peor en el comedor. Máxime si se lo pones en bandeja a la competencia. Que ya lo dicen los padres... que con la comida no se juega...