Irak resucita el horror de Vietnam
La matanza de civiles a sangre fría por marines en el país árabe rememora las atrocidades del conflicto asiático
Actualizado: GuardarA medida que la situación en Irak se recrudece, el trauma de Vietnam emerge en el subconsciente colectivo de los estadounidenses, pero nunca, hasta ahora, ese 'flash back' había tenido nombre y apellidos tan claros. El 16 de marzo de 1968, después de que la Compañía Charly de la 11 Brigada del Ejército de Tierra perdiese en la zona a muchos de sus hombres a manos de la guerrilla del Vietcong, el comandante William Calley perdió la cabeza y sucumbió al animal en que se había convertido. A la orden de «búsqueda y destrucción», sus soldados entraron a tiros en la aldea de My Lai. Se calcula que entre 300 y 500 hombres, mujeres, niños y ancianos, de entre 1 y 82 años, fueron acribillados. Algunos de ellos, con un tiro en la nuca mientras rezaban. Otros, torturados. Al menos una niña, violada.
La operación fue descrita inicialmente como un enfrentamiento con la insurgencia en el que murieron 128 enemigos y 22 civiles. Seis meses después, la mala conciencia de uno de los soldados provocó una silenciosa investigación, que no se conoció públicamente hasta que el periodista Seymour Hersh, el mismo que hace dos años sacó a la luz las torturas de Abú Ghraib, lo publicó en la revista 'New Yorker'. El comandante Calley fue condenado por asesinato, aunque la pena fue conmutada cinco años después por una simple expulsión. Pese a que declaró haber recibido órdenes de su capitán Ernesto Medina, ninguno de sus superiores fue acusado.
El paralelismo con la matanza de civiles que perpetraron los marines el pasado 19 de noviembre en la ciudad iraquí de Haditha es tal, pese a la diferencia numérica de víctimas, que el Gobierno Bush ha preferido preparar al Congreso casi un mes antes de que concluya la investigación. «Puedo decir que se han establecido hechos que demuestran que estamos ante un incidente de naturaleza muy seria», dijo el jueves al salir de la reunión el senador republicano John Warner. Su colega demócrata John Murtha, veterano de Vietnam, dijo haber sido informado de que el balance mortal de Haditha era «mucho peor de lo que originalmente se había dicho», no sólo por tratarse de casi el doble de víctimas de lo reportado, sino porque «mujeres y niños fueron asesinados a sangre fría».
Sin piedad
La provincia de Anbar sería para los americanos lo que el distrito de Son My en los días de Vietnam, un infierno. Esta vez lo que desató al animal fue la muerte del cabo Miguel Terrazas, de 20 años, en la explosión de una bomba escondida al pie de la carretera. Según sus compañeros, a eso le siguió un tiroteo con los insurgentes en los que murieron 15 iraquíes. La realidad es que los marines del Tercer Regimiento de Combate de la Primera División entraron al asalto en las casas colindantes, sacaron de la cama a sus habitantes, y asesinaron sin piedad a 24 personas.
Emman Waleed, de 9 años, contó que a su padre lo ejecutaron mientras recitaba el Corán, y después dispararon en ráfaga contra su madre, hermanos y abuelos. Sus cuerpos le salvaron la vida, aunque resultó herida. Una historia semejante a la de Younis, de 12 años, que se hizo la muerta tras ver caer a siete miembros de su familia. Sus historias, contadas a la organización iraquí de derechos humanos Hamurabi, fueron publicadas en marzo por el diario británico 'Times', pero sólo se les da credibilidad en EE UU.