FALTA. Mercedes Gallizo dirige Instituciones Penitenciarias. / EFE
ESPAÑA

Sancionan a un funcionario que respondió en 'andaluz' a un requerimiento en catalán

«Nó ha sío una artá de difísil enterarno de lo sucedío», admite en su carta el trabajador de la cárcel de Palma de Mallorca, castigado con un apercibimiento leve El Poder Judicial rechazó intervenir a pesar de la queja de la juez de Barcelona

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Al final la broma tendrá sanción, aunque será muy poca cosa. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha decidido expedientar a un funcionario de prisiones que respondió en 'andalú' a un requerimiento en catalán de un tribunal de Barcelona. La guasona carta ha llegado incluso al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ha rechazado actuar contra el díscolo trabajador penitenciario.

Los hechos que han desembocado en el castigo del funcionario se remontan al pasado marzo, cuando la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la ciudad condal remitió un exhorto a la cárcel de Palma de Mallorca, redactado íntegramente en catalán. La juez quería conocer el tiempo que había pasado en prisión preventiva un interno a efectos de calcular el momento de su excarcelación.

No catalano-parlante

Al funcionario del centro mallorquín, no catalano-parlante, no le hizo demasiada gracia recibir el requerimiento en una lengua que no entendía y decidió contestar a la petición de la «zeñá» juez, eso sí en un 'andalú'. Su carta, fechada en «Parma de Mallorca» el pasado 7 de marzo, comienza con «he recibío zu teztimonio de sentensia del interno de este sentro».

Luego, el funcionario, del que se desconoce si es de origen andaluz, prosigue: «Nó ha sío una artá de difísil enterarno de los sucedío, y má o meno eztamos casi enterao, por lo que le solisitamos la correzpondiente liquidasión de condena, ziéndole de abono como preventiva».

La carta no le hizo la más mínima gracia a la juez, que de inmediato remitió la misiva a la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña para que tomase cartas en el asunto.

Comisión disciplinaria

La sala creyó que el tema era importante y, a su vez, lo envió al Consejo General del Poder Judicial. La comisión disciplinaria del CGPJ, que estudió el caso el miércoles de esta semana, decidió no actuar contra el funcionario a pesar de la queja de la juez catalana, al entender que como mucho se trataría de una falta disciplinaria. El CGPJ se limitó a mandar el expediente al Ministerio del Interior.

Instituciones Penitenciarias, después de analizar el caso, ha decidido castigar al funcionario con un «apercibimiento por falta leve», la menor sanción posible dentro del reglamento disciplinario. El castigo, impuesto por «falta de respeto a las instituciones», se limitará a una llamada de atención y a una anotación en su expediente, que además podrá ser cancelada dentro de seis meses si el trabajador no vuelve a ser sancionado.

Según han informado fuentes de prisiones, el castigo ha sido mínimo porque Instituciones Penitenciarias ha creído la versión del funcionario, que desde el principio ha reconocido la autoría de la carta burlona.

Según el trabajador sancionado, la misiva en 'andalú' era una broma a una funcionaria del juzgado que terminó por causas desconocidas en manos de la juez.