Un encargo rodeado de espionaje y de conflicto internacional
Actualizado: GuardarEl inicio de la construcción de los ochos buques de patrulla para Venezuela sobrepasó ayer la índole comercial para convertirse en una muestra de fuerza del Gobierno de Hugo Chávez frente a la «política soberana y colonialista» de Estados Unidos.
El anuncio del acuerdo entre las administraciones española y venezolana generó un conflicto internacional por el veto del Ejecutivo de Bush a la utilización de tecnología norteamericana que, finalmente, sólo afectó a los doce aviones encargados a EADS-CASA porque los barcos de Navantia sólo llevan incorporados componentes nacionales y de otros países.
Pero además de la repercusión política, el caso también tuvo tintes policiacos y de incidente diplomático por la acusación de «espionaje» contra la agregaduría militar de Estados Unidos en Caracas. Según denunció el Gobierno de la República Bolivariana, funcionarios «de bajo rango» de este órgano fueron interceptados filtrando información confidencial a la Administración norteamericana, en concreto, documentación de los contratos de patrulleros de Navantia que obraba en poder de la Armada del país caribeño.
La gravedad del conflicto fue tal que los tribunales militares de Venezuela abrieron un proceso por un supuesto caso de espionaje y se convirtió en la primera causa del país por este asunto a pesar de que en repetidas ocasiones el presidente, Hugo Chávez, ya había formulado acusaciones de estas características contra funcionarios de origen estadounidense.