Una de las 300 empresas que la red utilizó desde el año 2000 para cometer sus fraudes. / EFE
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Los ocho detenidos por una estafa de multipropiedad, en libertad con cargos

Los afectados son más de 15.000 personas y la red ha obtenido beneficios por valor de unos 18 millones de euros

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Los ocho extranjeros detenidos como presuntos responsables de un grupo organizado dedicado a fraudes multimillonarios y masivos en la reventa de multipropiedad han quedado en libertad con cargos tras prestar declaración en el juzgado de guardia.

Agentes adscritos a la Sección de Fraudes y Delitos Tecnológicos y al Grupo de Estupefacientes de la U.D.E.V. de la Comisaría Provincial de Málaga ha detenido en Fuengirola, Mijas y Coín a estas ocho personas, naturales del Reino Unido, Sudáfrica, Bélgica y Noruega, que formaban parte de la cúpula de la principal red organizada de fraude, establecida desde el año 2000 en la Costa del Sol.

Los detenidos son: Willem Marthinus P., sudafricano de 58 años, artífice fundamental del fraude; Malcom David K., británico de 32, encargado de confeccionar la documentación y de conseguir las listas de los miles de propietarios de tiempo compartido; Johannes V., belga de 51, actual encargado de la distribución de la documentación necesaria para articular este fraude; Gunn Iren K., noruega de 48, esposa de Willenm; Willy S., británico de 44; Steven Stewart R., británico de 53; Leon O., sudafricano de 49 años, y Rupert Quentin M., británico de 37 años.

Estos fueron puestos a disposición del órgano judicial en funciones de guardia ayer, aunque las investigaciones corresponden al Juzgado de Instrucción número 5 de Fuengirola (Málaga).

Las víctimas de dicho fraude son más de 15.000 personas y la red ha obtenido beneficios por valor de unos 18 millones de euros. El grupo establecido desde el año 2000 en la Costa del Sol había utilizado a unas 300 empresas y a más de 1.000 personas durante estos años. Agentes adscritos a la Sección de Fraudes y Delitos Tecnológicos y al Grupo de Estupefacientes de la U.D.E.V. de la Comisaría Provincial de Málaga fueron los encargados de las detenciones.

Empresas 'tapadera'

En 2000, un grupo de personas proveniente de las Islas Canarias se estableció en la Costa del Sol, Fuengirola y Mijas. Allí comenzó a desarrollar una serie de estructuras empresariales con ánimo defraudatorio en el ámbito de la multipropiedad y dirigido al mercado anglosajón y al centroeuropeo.

Estas estructuras empresariales consistían en empresas legales registradas en España a nombre de los principales implicados en esta estafa. Desde estas empresas, utilizando teleoperadoras, se ponían en contacto, por un lado, con los propietarios de tiempo compartido, ofertándoles la posibilidad de vender su semana y, por el otro, con posibles compradores.

Fuentes policiales han precisado que estas investigaciones comenzaron en 2000 y, a lo largo de ese tiempo "y tras atar cabos y sumando, se ha llegado a un escalón importante dentro de la organización", con la detención de estas ocho personas. Así, han señalado que en este tiempo se ha podido detener a unas 500 personas y se han desmantelado más de 200 sociedades.

Operación

Las estafas revestían numerosas variedades. Así por ejemplo, tras llegar a un acuerdo inicial con los propietarios les engañaban para que realizaran transferencias económicas a España, para lo que les daban continuas justificaciones de pagos por gastos notariales, de gestión, por impuestos, etcétera. Hasta que no pasaba mucho tiempo y los propietarios no veían que sus expectativas de venta no se cumplían, no se daban cuenta de la estafa.

Asimismo, vendían el mismo producto vacacional a diferentes personas cuando no disponían de él. También revendían la semana compartida a más de una persona, consiguiendo un beneficio multiplicado, por una parte del vendedor y por otra de los variados compradores, o se brindaban como una empresa que con documentación falsificada, tanto de notarios como de abogados españoles, se ofertaba para emprender acciones legales en contra de las empresas timadoras, volviendo a estafar a las víctimas.

En el año 2001 y como consecuencia de las actuaciones policiales llevadas a cabo sobre estas empresas fraudulentas, se inició un cambio en las cúpulas directivas. Para ello, utilizaron a terceras personas con el fin de que los implicados dejaran de ser las partes visibles de las empresas.

En los años sucesivos se conformó un organigrama en el que cada vez se utilizaba a más personas interpuestas, pero siempre controladas en la distancia por el principal artífice de todo el entramado, Willenm Marthinus P., que junto a los otros siete detenidos controlaba en última instancia todo el sistema de empresas y cuentas bancarias.

Willenm Marthinus P., siempre rodeado de sus colaboradores más cercanos, mantenía el control sobre el flujo económico generado por la estafa, utilizando a algunos de ellos para ejercer coacciones y amenazas en su forma más violenta, en caso de ser necesario.