FOTO DE FAMILIA. Arenas posa con dirigentes del PP andaluz y algunos alcaldes de ciudades.
ANDALUCÍA

Cita histórica en blanco y verde

Todos los grupos citaron a grandes figuras del pasado para afianzar la importancia de Andalucía y justificar sus posiciones en la sesión parlamentaria

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Imposible encontrar un pasillo para esconderse o, al menos, evitar a los más de cien periodistas acreditados para informar sobre el primer trámite del Estatuto andaluz en el Congreso. En uno de los recovecos alfombrados, Alfonso Guerra le comentaba en tono cariñoso a Juan Cano Bueso, presidente del Consejo Consultivo de Andalucía: «¿A ti no te quiero ni ver!». Guerra es el presidente de la Comisión Constitucional que tamizará cualquier aspecto del articulado andaluz que no se ajuste a la Carta Magna. El Consejo Consultivo ya se ha pronunciado al respecto: «todo en orden». Guerra es una de las voces más críticas con las reformas estatutarias. Aún no ha dicho su última palabra.

Manuel Chaves se aplicó durante el debate de ayer. Se mantuvo perenne en su lugar en la tribuna de invitados. Le acompañaban muchos de los componentes de su Consejo de Gobierno, aunque Chaves fue el único que oyó a todos los oradores.

Si casi hubo pleno de consejeros de la Junta, el listado de ministros dejó que desear. La bancada azul estuvo casi vacía. La vicepresidenta del Gobierno, Fernández de la Vega, se encontraba en Bruselas negociando soluciones a la crisis de la inmigración . Ayer fue un mal día para intentar entrevistarse con algún alcalde de las capitales andaluzas. Todos estaban en el hemiciclo. Desde el malagueño Francisco de la Torre hasta el granadino José Torres Hurtado, pasando por el sevilla no Alfredo Sánchez Monteseirín.

Pasado y presente de la política andaluza compartiendo otra jornada histórica. José Rodríguez de la Borbolla y Rafael Escuredo, ex presidentes de la Junta, rememoraron los primeros pasos del Estatuto de Carmona, momento que les tocó vivir desde distintos prismas. Patronal y sindicatos andaluces volvieron a mostrar su grado de implicación en la política andaluza y contemplaron, de primera mano, el transcurrir del debate.

Se merece una inclusión en el anecdotario las referencias a andaluces históricos que uno y otro partido empleó para acercar el ascua a su sardina. Cada uno configuró una selección realmente especial. La alineación de Concha Caballero, portavoz de Izquierda Unida, fue la siguiente: Alberti, Machado, Cernuda, Juan Ramón Jiménez, Aleixandre, García Lorca y Blas Infante.

El socialista Manuel Gracia tiró de Antonio Gala y dedicó una especial mención a García Caparrós, el joven malagueño. Hasta Mariano Rajoy utilizó este recurso histórico y citó a San Isidoro y a Guzmán el Bueno.

Claro que algunos salieron escaldados por utilizar tanto el santoral. Gracia, en el turno de réplica, ironizó sobre la predilección de Rajoy por Guzmán el Bueno. «Todos sabemos lo que hizo con su hijo». ¿Qué hizo Guzmán el Bueno?», preguntó alguien en la tribuna. Mi compañero Javier Chaparro salió al quite: «Guzmán el Bueno entregó su hijo a los 'árabes invasores' para evitar la toma de una localidad de la costa gaditana». Tal vez no fue un buen ejemplo de fidelidad.

El destino ha querido que este debate parlamentario sobre el Estatuto andaluz no se le olvide nunca a Javier Arenas, aunque no por razones políticas. El presidente del PP andaluz recibió, media hora antes de iniciarse el debate, la triste noticia del fallecimiento de su padre. Todos los grupos transmitieron sus condolencias por la pérdida.