EVALUACIÓN. Dos participantes saborean varias piezas de dentón cocido.
CHIPIONA

Gourmets por un día

Cuarenta alumnos del Centro de Investigación y Formación Pesquera y Acuícola participaron ayer en una prueba sensorial de degustación de pescado

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Experimentar con el sabor. Jugar con el paladar hasta ser capaz de pormenorizar texturas y sensaciones. Un difícil cometido que ayer fue aceptado de buen grado por casi cuarenta alumnos del Centro de Investigación y Formación Pesquera y Acuícola de Chipiona- CIFA- que se desplazaron hasta el lugar para ser los protagonistas de una prueba sensorial de pescado.

Una curiosa experiencia que el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera- IFAPA- realizó ayer de forma simultánea en ocho comunidades autónomas con una única finalidad: analizar el grado de aceptación de nuevas especies de cara a su posible introducción en el mercado.

«Les ofreceremos la carne del pescado simplemente cocida, sin ningún tipo de condimentos, para que la saboreen y recojan sus impresiones en un cuestionario escrito» explicaba Salvador Cárdenas, coordinador del ejercicio, a un auditorio curioso y expectante momentos antes de comenzar la degustación.

«Sabía que existían catas de vino pero desconocía que se hiciera lo mismo con los peces, me parece algo muy interesante» comentaba Chari, una de las participantes mientras sus demás compañeros tomaban asiento en un improvisado comedor dispuesto para la ocasión.

Tras rellenar un formulario previo, los organizadores repartieron unas pequeñas bandejas de aluminio con el producto a degustar en su interior. En ese instante un silencio absoluto se apoderó de la sala. Los alumnos del CIFA se entregaron a su cometido de forma absoluta. Masticaban despacio. Algunos incluso entornaban los ojos en busca de una mayor concentración que agudizara sus sentidos.

Transcurrió algo más de una hora hasta que finalizó una degustación en la que las expresiones de aprobación fueron constantes en los rostros de los participantes. Instantes después, Cárdenas anunciaba el nombre de ese pescado anónimo que se había deslizado por los paladares de estos improvisados gourmets. Se trataba del dentón, una variedad de dorada que se cultiva habitualmente en las Islas Baleares que los participantes tuvieron la posibilidad de contemplar y palpar para evaluar su aspecto y grado de atracción.

«Me ha parecido un manjar delicioso, me ha encantado tanto su sabor como su presencia» exclamaba Susana, una de las alumnas del CIFA que, al igual que el resto de sus compañeros, ejercitó ayer su paladar al servicio de una futura ampliación de la variedad gastronómica andaluza.