PAN Y CIRCO

El precio del descenso

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Como, lúcidamente, han reconocido el presidente, el entrenador y varios integrantes de la plantilla cadista, el equipo amarillo ha descendido de categoría porque, a pesar de los buenos partidos que ha realizado, ha cometido unos errores que, en la Primera División del fútbol español, originan graves e irreversibles consecuencias. Tras repetir esta obviedad en la que coincido con la mayoría de los críticos deportivos, deberíamos añadir que este descenso también se ha producido porque, desde el comienzo de la Liga, los responsables de la economía y los integrantes del cuerpo técnico habían renunciado explícitamente a adoptar determinadas medidas con las que, aunque el equipo quizás hubiera ganado más puntos, probablemente, a medio y a largo plazo, podrían haber resultado excesivamente arriesgadas para la supervivencia del Club.

En nuestra opinión, ha sido preferible bajar de categoría a -como nos ha ocurrido en temporadas anteriores- iniciar una precipitada procesión de cambios de entrenadores en paro y de fichajes de jugadores sobrantes en equipos de campanilla. No se trata sólo de evitar riesgos económicos, sino, sobre todo, de sortear hábilmente los peligros deportivos. Como todos sabemos, la alteración de la dirección, de los proyectos y de los planes en plena marcha, sobre todo, cuando se trata de grupos humanos, provoca, la mayoría de las veces, inevitables confusiones, desórdenes incontrolables y lamentables despistes. Estas consideraciones no pretenden suavizar el disgusto que a todos nos ha producido esta amarga decepción, sino, por el contrario, instar a los dirigentes para que, con serenidad, con sosiego y con prontitud, realicen un minucioso análisis de la temporada, identifiquen los fallos reales y, en consecuencia, adopten las medidas adecuadas para lograr, no sólo el ascenso, sino la permanencia estable en la Primera División. Lo digo de una manera más clara: éste es el momento oportuno para elegir al entrenador y para, de acuerdo con sus ideas, fichar a los jugadores necesarios.