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Beck promete recuperar las raíces izquierdistas del SPD alemán al asumir la presidencia del partido
Actualizado: GuardarKart Beck, actual jefe del Gobierno regional de Renania Palatinado -un político afable y bonachón de 57 años-, fue elegido ayer nuevo presidente del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) en el marco de un congreso extraordinario celebrado en Berlín. El dirigente recibió el 95,07% de los votos y sólo 14 delegados se posicionaron en contra.
En su primer discurso como jefe del partido más antiguo del país germano, Beck prometió llevar al SPD a sus viejas raíces para recuperar el perfil casi olvidado de una formación de masas, de izquierdas y defensora de la justicia social. Pero el nuevo líder, en un raro acto de malabarismo político, también prometió fidelidad a la alianza que gobierna Alemania, que desea impulsar reformas en el mercado laboral y en el campo de la sanidad, cuyos contenidos no comulgan con los principios históricos socialdemócratas.
«Debemos tener un perfil claramente de izquierda y nuestro partido jamás aceptará una política que pueda convertir la libertad y la justicia social en polos antagonistas», declaró el nuevo jefe del SPD. «Nuestras ideas son las correctas y el SPD es el partido de una nueva economía social de mercado».
Pero, a pesar del llamamiento a la recuperación de las raíces socialdemócratas, una meta que puede envenenar las relaciones con sus socios democristianos, Beck aseguró que el SPD seguirá siendo un aliado fiable en el marco del Gobierno de gran coalición que dirige Angela Merkel.
«No nos dejaremos arrebatar nuestra identidad, ni tampoco permitiremos que nos arrinconen contra la pared. El SPD no tolerará que todo sea dictado por decisiones económicas», prometió Beck, que tiene ahora la titánica tarea de devolverle al partido la identidad perdida, recuperar electores, y al mismo tiempo respetar un programa de gobierno que en muchos capítulos defiende ideas neoliberales.
Claro apoyo
Aunque el nuevo presidente del viejo SPD recibió un claro apoyo de los delegados -444 votos a favor, nueve abstenciones y solo 14 en contra-, los analistas creen que Beck no es el líder más adecuado para sacar al partido de la grave crisis de identidad en la que se sumergió cuando era dirigido por el ex canciller Gerhard Schröder.
Kart Beck, electricista de formación, siempre ha sido un dirigente popular en su estado y que nunca ha tenido dificultades para utilizar un lenguaje que entiende todo el mundo. Pero cuando fue postulado para suceder a Mathias Platzeck, que dejó el cargo por motivos de salud, muchos recordaron que carece de ideas innovadoras para hacer frente a los desafíos de la globalización y los riesgos que esta implica.
Sin embargo, los analistas también han descubierto paralelismos entre la imagen provinciana de Beck, incluido su escepticismo hacia cambios radicales y nuevas ideas, con Helmut Kohl, que era considerado demasiado localista antes de convertirse en el canciller más longevo de Alemania.