LA VOZ DEL LECTOR

Un carnaval de museo

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El proyecto ganador del concurso de ideas para levantar el Museo del Carnaval de Cádiz en la plaza de la Reina se denomina Tiene Tela y vaya tela la que ha liado su autor, el arquitecto Rafael Giles, en La Viña apostando por un edificio vanguardista, rompedor y moderno. Perdón por lo de moderno porque sé que muchos arquitectos huyen de este adjetivo para definir sus obras y prefieren el de contemporáneo, que no es otra cosa que una cursilada para evitar el primer rechazo. Recuerdo cuando un concejal, no gaditano, le dijo a sus colaboradores de camino a la presentación de los bocetos de un centro cultural que borraran del discurso el término moderno «porque algunos vecinos se echan a temblar y son capaces de tumbarlo». No le faltaba razón. Desde luego, Giles no ha dejado indiferente a nadie con su particular visión colorista y radical del museo y de la reordenación que plantea para una de las zonas más castizas de la capital.

El proyecto, que incluye la instalación de toldos en la plaza y de telas en las fachadas colindantes -en Cádiz no hay que sorprenderse de lo que cuelga de algunas terrazas- ha creado división de opiniones. Para unos, es una apuesta innovadora, mientras que para otros, simplemente no encaja en el barrio. Siempre me ha parecido una torpeza tachar de paleto al que no comulga con lo moderno y de progre al que ve bien cualquier iniciativa que se salga de lo común. En el término medio está la virtud y entiendo que Giles quiere proyectar otra imagen del barrio, distinta, pero compatible, con la tradición del Manteca, la Virgen de la Palma y el colegio La Salle.