Ocho países musulmanes piden una solución diplomática a la crisis nuclear iraní
Actualizado: GuardarLa controversia nuclear en torno a Irán puso en un segundo plano los intereses económicos y comerciales de la cumbre del D-8 (ocho países musulmanes emergentes) que concluyó ayer en Bali (Indonesia), y en la que varios jefes de Estado del grupo mostraron su apoyo al plan iraní y pidieron una salida diplomática a la crisis. La declaración final de la cumbre se hace eco del apoyo expresado a Teherán en el desarrollo de tecnología nuclear pacífica como energía alternativa a los combustibles fósiles.
El anfitrión de la reunión, el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, urgió a los líderes musulmanes a intensificar la investigación en energías alternativas para hacer frente a la actual crisis del modelo energético fósil. Las autoridades nacionales han destacado que varios de los estados del D-8 son productores petrolíferos -Irán, Nigeria, Indonesia y Egipto- y eso ha impulsado el debate de medidas para estabilizar los precios, entre las que se incluye la investigación en tecnología nuclear. «Tenemos que abrazar la modernidad mirando hacia adelante, convirtiéndonos en sociedades del conocimiento, avanzando hacia una cultura de excelencia», dijo Yudhoyono ante los asistentes.
El presidente indonesio manifestó que las naciones del D-8 debían alcanzar el progreso «mediante la paz, no la guerra, el diálogo, no la confrontación, la cooperación y no la explotación, justicia y no dobles estándares, igualdad y no discriminación, democracia y no opresión».
Temores
EE UU y la Unión Europea temen que Irán desvíe en secreto parte del uranio enriquecido para la fabricación de armas atómicas de destrucción masiva. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, expresó durante su visita oficial a Indonesia que el objetivo de su programa nuclear es pacífico y ha calificado las razones de Occidente para detener ese programa como «propaganda psicológica».
Mientras la ONU debate una resolución que podría imponer sanciones a Irán, la UE prepara un paquete de incentivos para encontrar una salida a la crisis. Sin embargo, el ministro de Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, advirtió de que cualquier propuesta que impida a su país el uso de uranio enriquecido no será escuchada.