Manolo Carrasco, el niño que nació en el piano
Actualizado: GuardarHa sido capaz de recorrer el mundo sin alejarse de su esencia local. Nacido y criado en el micromundo tradicional del casco antiguo gaditano, ha recibido los mejores conocimientos de centros y maestros de la vieja España y la vieja Europa, las dos ancianas que más saben de la música clásica y tradicional. Ha viajado para volver y en cada travesía se ha llevado los ecos de su tierra, convertidos en música por el apoyo incondicional de una familia que creyó en él desde que levantaba un metro del suelo. Desde entonces, se le vio pegado a un piano.
Esa compañía nunca le ha dejado. Apenas superados los 30 años, Carrasco atesora una carrera que primero le sirvió para llamar la atención como un precoz intérprete y que ha culminado en una trayectoria madura y fértil.
Con 13 discos en su haber, ha recorrido Estados Unidos, México, Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Japón y China con giras intensas que le han proporcionado una perspectiva internacional, un aliño interesante para sus composiciones, siempre dotadas de un fondo flamenco, al menos andaluz, que le ha reportado un reconocimiento especial en Asia, donde se ha visto obligado a reeditar tres de sus trabajos, previamente agotados.
Pese a que su recorrido musical supera con mucho lo regional y local, siempre ha mantenido vínculos especiales con su tierra. Sus idas y venidas nunca le impidieron conservar rituales íntimos, pero públicos, como sus celebradas interpretaciones al paso del Nazareno y Las Siete Palabras en momentos álgidos de la Semana Santa de Cádiz.
Durante 2005, su labor creativa alcanzó un momento cumbre con Gitana, un disco lleno de los más rítmicos sones gitanos: rumbas, alegrías, bulerías y tanguillos. Para mostrar su lado más flamenco, contó con músicos de lujo como Jorge Pardo, Tino di Geraldo y Carles Benavente.
Adicto a la actividad musical que le acompaña desde niño, ya prepara su próximo reto. El lunes presenta en Chiclana las escalas gaditanas de su gira Passionata andaluza, en la que combina instrumentos de viento, baile y, como no, su pasión: el piano.