EL PUERTO. Federico Rubio, un centro muy transitado.
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Actividad frenética a todas horas

Una visita al centro de salud Federico Rubio en El Puerto muestra las principales virtudes y carencias de la Atención Primaria

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La actividad es frenética en el centro de salud Federico Rubio, en El Puerto de Santa María. En la entrada, una placa conmemora la apertura de este centro en marzo de 2001, además de ensalzar la figura del mítico doctor portuense, «pionero de la cirugía moderna y decidido impulsor de la enfermería profesional».

Varios pacientes hacen cola en la entrada para conseguir un volante para ver a su médico de cabecera. Por otro lado, en la sala de espera de la consulta, los pacientes se preguntan unos a otros por el número y por la hora, para ver a quién le toca primero. A las personas mayores les cuesta más enterarse del sistema y los jóvenes explican pacientemente el orden de entrada.

De hecho, muchos de los que esperan no parecen tener mucha prisa en entrar. Es como si más de uno se encontrara allí para pasar el rato. Un señor mayor, que lleva sentado media hora y todavía no sabe el número que le han dado, dice a viva voz: «A mí me da igual esperar un poco más o menos, yo estoy ya más muerto que vivo».

Trato personal

Sin embargo, la mayoría de los usuarios consultados consideran que los centros de atención primaria gozan de muy buena salud. Al menos, es la opinión generalizada entre los pacientes del Federico Rubio. De este modo, Alicia García, opina que «los médicos de cabecera ofrecen un trato y un servicio inmejorable».

Su amiga Milagros, que ha venido para solicitar un par de recetas, piensa igual que ella: «Yo llevo aquí viniendo muchos años y nunca he tenido ningún problema. Estoy muy satisfecha».

Sin embargo, cuando se les pregunta por las visitas a los especialistas, la cosa cambia radicalmente. Milagros expone su caso personal: «Mi padre tenía unas dolencias y fuimos a ver al médico de cabecera, quien, a su vez, le dio un volante para ir al médico especialista. El caso es que cuando llegó la fecha para ver al doctor, a los dos meses, mi padre ya había muerto. De todas formas, de esto hace ya un par de años, supongo que en este tiempo habrán mejorado las cosas».

Actualmente, ver a un especialista es bastante peliagudo ya que la media de espera para acceder a estas consultas se sitúa en unas tres semanas. No obstante, Milagros ha decidido curarse en salud y muestra una tarjeta de la sanidad privada. «Para el médico de cabecera vengo al centro público, pero para ver a un especialista, voy al privado. He aprendido la lección», declara convencida.

«A mí me pasó también algo curioso», añade otra de las pacientes. «Yo tengo terribles dolores de espalda y cada vez que me da el ataque me dan cita con el especialista. El caso es que cuando me toca ir a verlo, al cabo del mes, ya se me ha pasado el dolor. Y ya es la segunda vez que me pasa».