La última oportunidad
El Cádiz necesita la victoria en Getafe si no quiere perder la categoría El rival no aspira a nada y los amarillos quieren mostrar que se juegan la vida
Actualizado: GuardarAquella noche, miles de soñadores rozaron el cielo con la yema de sus dedos. 18 de junio de 2005. Llevaba premio, y todavía sigue sonando a música. A una marsellesa con aires gaditanos de libertad, a un megáfono incordiante como vigía, a una camiseta enorme para poder soportar un sentimiento tan grande. El sueño dorado, los delirios de Primera que arreciaron en Chapín, pueden desvanecerse esta misma tarde y también ante esa marea amarilla que de tanto subir ha impregnado de sal a toda la península.
Si pierde, adiós
Si el Cádiz pierde hoy en Getafe, se acabó todo. No hay más cuentas ni más cuentos chinos. Y si se empata, tres cuartos de lo mismo. Podría existir una remotísima esperanza de permanencia pero virtualmente se consumaría el descenso. Por tanto, sólo vale la victoria. Basta de especulaciones y de decir que sumar siempre es bueno, qué mentira más grande.
La victoria es obligada ante un equipo que debería ser un espejo para el club gaditano pero que aún está muy lejos, demasiado lejos. Haciendo bien las cosas, sin locuras, empleando bien los suculentos ingresos que reporta la Primera División (no hay que olvidar este matiz), Ángel Torres ha configurado una gran plantilla en base a un pilar teutónico que se ha consolidado entre los grandes. Que nadie espere esta tarde un regalo de Schuster pues, aunque el Geta no se juega nada, su prestigio está por encima del club madrileño y él es consciente de que está en el escaparate del fútbol nacional.
Por ello, el alemán alineará a sus mejores hombres, empezando por Luis García en la portería, un guardameta que sufre por arriba (como Limia) pero que le ha quitado el puesto al titular, Calatayud (también como Limia). En el lateral zurdo Pernía querrá desquitarse de la decisión de Aragonés de no llamarlo a la selección realizando un partidazo, si bien destaca más por sus subidas al ataque.
Un rival equilibrado
Una zaga solvente aunque sin grandes nombres apuntalada por un centro del campo organizado, equilibrado y que deja el protagonismo creativo a los delanteros estrella, Riki y Güiza, sin olvidar a Gavilán. El Getafe es un conjunto parejo, sin brillantez pero sin fisuras, al que la falta de presión ha sacado sus mejores recursos, y hoy la presión seguirá brillando por su ausencia.
No obstante, es un rival de los que no se le dan de todo mal al Cádiz. Don erre que erre Espárrago seguirá con su doble pivote defensivo Fleurquin-Bezares a no ser que el linense no se recupere de sus molestias y el técnico se atreva con Fernando Morán.
Fortaleza en defensa
Por tanto, aunque necesita la victoria, volverá a apostar por un equipo sólido atrás y con velocidad al contragolpe. Enrique, Lobos, Sesma, y con Estoyanoff en la recámara. Sólo queda conocer la evolución de Matías Pavoni y si llegará a tiempo, aunque para Espárrago es esencial ya tenga el hombro destrozado, el tobillo entre algodones y una sobrecarga muscular.
El entrenador cadista lo tendrá hoy un poco más difícil para elaborar una alineación pues no dispondrá de sólo once jugadores. El equipo estará acompañado por más de 2.000 cadistas (hay que contar con los que lleguen de Madrid y alrededores) que quieren apoyar a sus futbolistas en este esfuerzo final. Varios autobuses partieron anoche desde la Tacita, y los jugadores reconocen que están en deuda con su afición. Sólo brindándoles un triunfo en Getafe la condonarían en parte.
Seguró que muchos seguidores se colarán en el Coliseum Alfonso Pérez con sus transistores, muy pendientes de lo que ocurra en Santander, Zaragoza, San Sebasstián y Sevilla. El Cádiz ya no depende de sí mismo, lo que más preocupa a Espárrago.
Volviendo al principio, debe quedar claro que sería una despiadada injusticia decir que de nada sirvió subir en Chapín para bajar de esta forma tan rápida. De la misma forma que se equivocan los que pronosticaron que este varapalo hundiría la efervescente fiebre amarilla y fulminaría un proyecto que todavía está dando sus primeros pasos. Nada más lejos de la realidad. Este equipo, este entrenador, este presidente, todos se irán y el cadismo permanecerá, aunque en el fútbol se observe todo desde una perspectiva inmediatista. Y desde esta perspectiva, Getafe marcará la historia más reciente de este club, engrandeciendo su leyenda u obligándole a resurgir otra vez para hacerse más fuerte. Getafe decidirá si, dentro de pocos meses, el aficionado cadista mirará hacia atrás con una sonrisa de condescendencia y perdón por los errores cometidos o lo harán con una mueca de melancolía recordando cuántas oportunidades se volatilizaron por miles de razones. Hoy es la última, y no se debe dejar escapar.