El Gobierno vasco aprueba un plan de paz que será analizado en el Parlamento
Actualizado: GuardarEl plan para la paz y la convivencia confeccionado por Ibarretxe en el seno del Consejo Político que integra él mismo junto a los consejeros Joseba Azkarraga -Eusko Alkartasuna- y Javier Madrazo -Ezker Batua- queda al albur del debate que desarrollen los grupos parlamentarios una vez que hoy sea entregado a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara autonómica.
El texto, del que no se desveló ninguna novedad respecto al resumen presentado el pasado miércoles, fue aprobado ayer por el Consejo de Gobierno en tanto que es una «aportación elaborada por el Ejecutivo vasco» según explicó su portavoz, Miren Azkárate. «A partir de ahí lo que el gobierno quisiera es que sea un documento de trabajo que pueda ser enriquecido a través de las aportaciones de los grupos, ellos decidirán cuál va a ser su andadura en el parlamento». Y es que Azkárate, haciéndose eco del lehendakari, insistió en que el plan «queda abierto» a las sugerencias que realicen los partidos en la Cámara de Vitoria.
Cajón de sastre
El hecho de que el plan se refiera tanto a las víctimas de ETA como a los damnificados del GAL, el franquismo, los casos de tortura ratificados por sentencia firme, los derechos de los presos y de Batasuna, levantó ampollas en las filas del Partido Popular y el PSE, que lo tachó de «cajón de sastre».
Estas críticas, esquivadas por el Gobierno vasco, pesarán sobre el trámite parlamentario del documento. Así, la oposición ya ha propuesto que el texto se debata por parcelas, para poder respaldar sólo las medidas referidas a las víctimas del terrorismo, y en el seno de la ponencia que versa sobre este colectivo. Ante estas posibilidades Azkárate subrayó que los grupos decidirán cómo ha de debatirse el documento.
La portavoz rescató en su comparecencia los cinco ejes del plan: la promoción de todos los derechos humanos, la solidaridad con los damnificados del terrorismo, la reparación a quienes padecieron el franquismo, la defensa de los derechos civiles y políticos, y la prevención de la tortura y la defensa de los derechos de los presos. Asimismo recordó que su objetivo es lograr una sociedad reconciliada, «construida sobre la memoria de las víctimas, la justicia y el respeto a los derechos humanos».