Siete años de solidaridad

Esperanza para Mozambique surgió hace siete años como la evolución lógica de la corriente de solidaridad que el sacerdote Antonio Aguilar supo generar entre sus amigos y allegados tras su marcha al África Austral. Desde entonces, gracias a los fondos recaudados por la Asociación, Antonio Aguilar ha levantado en los aledaños de la parroquia un centro social destinado a ofrecer cursos sobre higiene, alfabetización de adultos, y talleres de formación profesional. Pero esa es sólo una muestra, la más visible quizás, del trabajo que la ONG desarrolla en el barrio. Además de las ayudas de emergencia que aportan a las familias en situación desesperada, la asociación financia matrículas escolares y medicamentos. Actualmente está recaudando fondos para la ejecución de una guardería infantil que ofrezca a los huérfanos sin recursos una alternativa a la muerte segura por desnutrición. Su presidente, el jerezano Juan Jiménez, se muestra orgulloso por los logros conseguidos, aunque destaca que el mérito fundamental es de «los más de 200 socios que hacen posible nuestra labor en Mozambique con sus aportaciones, y el personal que trabaja de forma totalmente voluntaria y desinterasa por nuestra Asociación».

Para Juan Jiménez «hay mucho trabajo por hacer», pero «nos cabe la satisfacción de que, hasta el momento, hemos aliviado la situación de miseria de miles de mozambiqueños, y vamos a seguir en ello».