Motivos ocultos
Actualizado: GuardarLa dimisión del doctor Martínez Villar es una mala noticia para el Cádiz. Y no sólo por el hecho de perder a un gran cadista y mejor profesional, sino porque puede ser el detonante que saque a la luz determinados trapos sucios del vestuario que, independientemente de su marcha, están empezando a oler más de lo debido. Él no lo va a contar, porque no quiere perjudicar al club en el que ha invertido muchos años de su vida de forma altruista. Y menos en unos momentos delicados en los que el Cádiz se juega sus escasas opciones de permanecer en Primera. Pero es evidente que su marcha no es por capricho, viene de largo. Es sintomático que en toda la temporada no se ha sentado en el banquillo como en años anteriores. Su enfado tiene mucho que ver con determinadas decisiones que se han tomado este año y que no le han gustado y, sobre todo, con determinadas lesiones inexplicables que han dado y siguen dando mucho que hablar. Desde hace meses los médicos del Cádiz vienen sosteniendo que Benjamín «médicamente» no tiene nada. Sin embargo, el jugador insiste en sus molestias. Nadie habla. Nadie quiere dar explicaciones. Pero algo pasa. El hecho de que se marche toda una institución del club no es casualidad. Hay marejada de fondo. Quizá cuando acabe la temporada se aclaren muchos misterios.