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Un club de pasado, presente y futuro
El club Bahía de Cádiz de tenis de mesa constituye el máximo exponente de este deporte en la ciudad de Cádiz
Actualizado: GuardarAbase de cantera. Como si del Athletic de Bilbao de fútbol se tratara. Nada de fichar chinos especialistas en rematar la bola. Así se resume, la política de fichajes del Bahía de Cádiz, único equipo de tenis de mesa de la ciudad. Carmelo González, presidente de la entidad lo explica. «Intentamos que todos los integrantes de todos los equipos sean de casa. Esta especie de teoría tiene su lado positivo, y su cara negativa. El tema económico es el principal inconveniente para incorporar a un extranjero ya que supone un esfuerzo extra para el club». Pero , en este momento, habrá que pensar en el próximo campeonato que comienza en octubre. Los cuatro equipos que componen el club han concluido la temporada. Encima, uno de ellos ha descendido de categoría. El de la Primera División Nacional tendrá que adaptarse a la Segunda Nacional. Mala suerte. El año pasado el mismo equipo participó en la fase de ascenso para subir de categoría, con una tercera plaza final. Pardojas del juego deportivo. «Habrá que remontar el vuelo hacia las victorias», comenta el presidente con el afán de que todo cambie cuanto antes. A este equipo le siguen el de Segunda,que lo componen los veteranos, y dos en ligas andaluzas. Estos dos últimos seguirán militando en esta división y con jugadores en su mayoría de la cantera.
Pero la historia del club supera el presente. Su nacimiento se remonta a 1986, una época que Carmelo González califica de extraordinaria para el mundo del tenis de mesa de la ciudad. «Recuerdo que había un total de 14 equipos en la ciudad. La escuela de Tenis de mesa estaba muy presente en los niños. No había otra cosa que hacer. Ahora es distinto. Existe de todo», concluye. Carmelo es el tercer presidente de la entidad. Va por su cuarta temporada al frente de la nave. Es un proyecto de cinco años y quiere agotarlos. De todos modos antes de ser maestro fue alumno de escuela. «Hace 30 años estuve preseleccionado para jugar con la Selección Española. Fue todo un éxito a nivel personal». Para este buen conocedor del ping pong, tal y como se conoce esta disciplina en la expresión coloquial, el estado actual de la Selección es preocupante por la demanda que existe hacia el mercado exterior. «Lo que comentaba antes, el tener a un extranjero en tu equipo es bueno por el salto de calidad que se da, pero el jugador español debe predominar en la plantilla por el bien del combinado español», comenta este amante del tenis en miniatura.
Consciente de la realidad
Por su parte, el presidente sabe de sobra que se trata de un deporte minoritario, y eso tiene sus consecuencias. «Para jugar en la Primera Nacional resultó imprecindible la esponsoricación del equipo. Gracias a alimentación Rhin pudimos estar entre los mejores». Pero eso es pan para hoy y hambre para mañana. De hecho, no se sabe si la temporada que viene podrán contar de nuevo con el mismo esponsor. «La condición que se puso fue la de quedarnos en la categoría, y no se ha producido así». Eso se palpa en las ayudas que el Ayuntamiento les ingresa, que son escasas, lo justo para pagar las pistas donde se entranan. Por cierto, para Carmelo algo desastroso. «Las pistas tienen poca luz, los vestuarios están cada vez en peor estado, pero con esfuerzo se sale adelante».