TÉCNICOS. Víctor Espárrago, Lorenzo Buenaventura y Luis Soler, ayer en Carranza. / ÓSCAR CHAMORRO
Cádiz C.F.

Equipo, directiva, cuerpo técnico y afición del Cádiz se agarran a las opciones de salvación

Todos apuntan como vital para poder creer en la permanencia conseguir los tres puntos ante la Real La mayoría piensa que con 7 de los 9 puntos que quedan por disputarse se podrá conseguir

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Tras la tempestad la calma. En el Cádiz y en parte de su entorno aún se sigue manteniendo la esperanza de salvar la categoría pese a los resultados tan negativos que depararon la jornada del domingo para los intereses del conjunto gaditano. Los palos en forma de goles llegados desde La Rosaleda del Racing de Santander y desde el Vicente Calderón del Mallorca llevaron a todos los cadistas a llevarse las manos a la cabeza y los ojos a una clasificación que cada vez pinta peor para el equipo de Víctor Espárrago.

Aún así, el optimismo y la esperanza siguen abordo de la nave cadista. Desde el presidente de los cadistas hasta el último de los socios del club amarillo, todos, se agarran o se quieren agarrar a las pequeñas posibilidades que le queda al equipo para lograr un milagro que cada vez se ve algo más utópico. Estas remotas posibilidades hacen que las cuentas de todos los aficionados obliguen a los de Espárrago a sacar, cuanto menos, siete de los nueve puntos que faltan por disputarse.

Pero claro, también -y dentro del cadismo- hay voces discrepantes que señalan que la permanencia más que difícil, está prácticamente imposible. Los argumentos de estos no son otros que la falta de calidad de una plantilla a la que se le ha venido grande la Liga de las Estrellas. Ante esto, sólo queda ser consciente de la situación y asimilar paulatinamente lo que se avecina.

No todo es esperanza

Pero no sólo estas sensaciones negativas existen en parte de la directiva y de la afición. También permanecen dentro del vestuario. En este caso, los futbolistas que no ocultan su preocupación con la situación también de igual forma aseguran de forma tajante que seguirán dejándose la piel en el campo hasta el final de la temporada.

De los más prudentes a la hora de no lanzar las campanas al vuelo vendiendo sueños de salvación se encuentran el pasado y el futuro del equipo. El pasado encarnado en el meta Armando y el futuro representado en Lucas Lobos.

Para el cancerbero vasco, ahora «sólo importa el miércoles y por eso no pienso más allá de la Real Sociedad». No obstante, señala que lo importante es mantener «prudencia» y no «dejarse llevar ni por la euforia ni por el derrotismo» en estos instantes. Sin considerarse ni pesimista ni optimistas -tan sólo «consciente de la situación en la que estamos»-, Armando es uno de los jugadores cadistas puede ir asimilando el descenso. No por ello, bajará los brazos. De hecho, llama a la afición para que mañana «Carranza sea una olla a presión y que la Real se sienta arrinconada por nuestro hambre de victoria». Y de la veteranía de Armando a la juventud de Lobos unidos por la concordancia en las ideas de ambos. El argentino sigue siendo optimista pese «a que no nos acompañe la suerte en partidos como el de Barcelona» y mantiene «la esperanza de salvarnos». Sin embargo, no oculta su preocupación por la clasificación del equipo aunque no dudará en acabar la Liga «con la cabeza muy alta porque también somos conscientes de que estamos dejando todo en el campo cada partido», dijo el jugador argentino.

Lógicamente, en el seno del vestuario hay posturas mucho más optimistas y que aún no quieren oir ni hablar de descenso. Son los casos de Navas, Raúl López, Iván Ania, Mirosavljevic, Fernando Morán o Jonathan Sesma. Este optimismo se hace extensible a la directiva, donde con el presidente a la cabeza se tiene muchas esperanzas puestas en estas tres últimas jornadas.