BRINDIS. Cierran con un candado simbólico la planta atómica. / JAVIER LIZÓN. EFE
ESPAÑA

El cierre de Zorita da paso a un debate político y técnico sobre la energía nuclear

La desconexión de la planta de Almonacid coincide con nuevos máximos en el precio del crudo y las exigencias de Kioto para reducir emisiones contaminantes La operación técnica, inédita en España, se realizó anoche sin incidentes

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Zorita ha pasado lentamente a la historia. Su desconexión programada se realizó sin incidencias y, tal como estaba previsto, poco antes de la medianoche de ayer dejó de producir energía eléctrica. Sin embargo, su cierre caldea el debate sobre el futuro de la energía nuclear en España. Rodríguez Zapatero prometió cerrar plantas atómicas, y Zorita ha sido la primera. El horizonte que se marca el presidente y el PSOE es que en unos 20 años cierren los otros ocho grupos nucleares en activo. Lo que está por ver es si con un petróleo ya por encima de los 70 dólares, España se podrá permitir una mayor dependencia energética del exterior, algo que muchos expertos ponen en duda, sobre todo si se tiene en cuenta que el protocolo de Kioto obliga a reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera. Se da la paradoja de que, de las conocidas, la nuclear se encuentra entre las menos contaminantes.

A este debate energético parecían ayer ajenos los cerca de mil habitantes del pequeño pueblo de Almonacid de Zorita (Guadalajara), que vivieron con su tranquilidad cotidiana el cierre de la central nuclear con la que han convivido desde 1968.

Distinta valoración

En esta villa de la Alcarria Baja bañada por el río Tajo el adiós a la central 'José Cabrera' se valora de forma distinta dependiendo de los ingresos económicos que la planta nuclear ha reportado a cada familia. Así, quienes viven o han vivido en algún momento de ella auguran un futuro negro para la comarca, sostienen que jamás ha habido problemas de contaminación y apuestan porque Unión Fenosa, la propietaria de Zorita, construya una nueva central nuclear en el municipio.

Por el contrario, los que se han dedicado a oficios ajenos a la instalación creen que el cierre de la central nuclear más antigua de España supondrá la eliminación de un riesgo para su seguridad y su salud y aseguran que la José Cabrera no ha sido el motor de la economía de la comarca ya que muchos de sus trabajadores proceden de Madrid y, además, han sido muchos los jóvenes de la comarca de Zorita que han tenido que emigrar porque la central no podía dar trabajo a todo el mundo.

Entre los defensores de lo nuclear destaca el alcalde de este pueblo, Gabriel Ángel Ruiz, del PP, que sigue pensando que la central podría haber seguido funcionando «hasta agotar su vida útil en 2008». Este alcalde prefiere confiar ahora en el plan de desarrollo para la comarca que prevé, entre otras actuaciones, el incentivo de inversiones empresariales en la zona, la creación de un polígono industrial comarcal, la mejora de las comunicaciones y la recuperación del patrimonio histórico. «Todas las administraciones nos hemos unido sin tener en cuenta nuestras ideologías para luchar por el desarrollo de la comarca», apuntó.