Mendoza ganó una batalla, López Ramos la guerra
El azulino superó a su amigo por el carril derecho, pero el defensor celeste se quedó con la satisfacción del triunfo
Actualizado: GuardarTristeza y desesperación en el rostro de aquel que cruzaba el umbral del tunel de vestuario con la tranquilidad de haber ganado su particular batalla, pero con la desesperante tristeza de que no había servido para imponerse en la guerra principal.
En Santo Domingo se libraron muchas batallas. Una, la del corredor jerezano, la disputaron dos amigos. Dos compatriotas que tenían que medirse cara a cara y en la que el azulino ganó la partida al que ahora defiende los colores celestes del Poli Ejido, pero en la que López Ramos triunfó pues su equipo conquistó los tres puntos que estaban en juego.
Los números son claros. La aportación de Jesús Mendoza volvió a ser fundamental para su equpo. Estuvo siempre atento en defensa. Llegó muchísimo a línea de fondo, y fue una de las vías de escape del Xerez.
El que un día fue su compañero, Daniel López Ramos no tenía tiempo para incorporarse al ataque. Tenía que estar más pendiente de las llegadas de Mendoza. Y es que el xerecista no paró de subir el carril, doblando y apoyando a un Granero que siempre encontró una salida.
Además, el lateral azulino anuló las llegadas de Marco Navas. Junto a Bajic tamparon bien al interior del conjunto almeriense. Al menos, hasta que el encuentro entró en la locura.
Cuando el dos a cero ya estaba en el marcador, defensivamente el descontrol fue total, pero Mendoza intentó mantener la posesión y sorprender en ataque. La batalla del corredor jerezano fue para él.
Ramos, correcto
El jerezano del Poli Ejido no dio muestras ante sus compatriotas, de la gran temporada que está firmando. Se limitó a cumplir. A realizar un partido correcto, sin ningún tipo de alarde. Se incorporó poco al ataque, pero estuvo seguro en defensa. Es cierto que perdió la batalla particular con su amigo Mendoza, pero la satisfacción, los tres puntos y el triunfo se quedan en El Ejido. La guerra de Santo Domingo fue para él.