Alcaraz: «Los partidos son intensos, se deciden en cualquier jugada»
«La concentración, la atención y la precisión son fundamentales», según el técnico granadino El plantel trata de aislarse de toda la actualidad que rodea al club y sólo piensa en el próximo choque
Actualizado: GuardarLa actualidad en el Xerez Deportivo sigue estando en el candelero a tenor de los últimos movimientos respecto a las acciones y el posible futuro del conjunto azulino. Pero el equipo presidido por Joaquín Morales trata de desconectar de todo el asunto extradeportivo, ya que es mucho lo que se juega y pocos partidos los que restan para que el club azulino siga manteniendo de forma seria sus aspiraciones al ascenso de categoría.
El próximo rival de los xerecistas, el Polideportivo Ejido, es un conjunto que también se juega la vida al rondar los puestos de descenso con una ventaja de cinco puntos respecto al Lleida. Con todo ello, uno de los más interesados en hacer que el equipo sólo piense en el ámbito deportivo es su entrenador, Lucas Alcaraz. El granadino ha comparecido de nuevo ante los medios de comunicación para repasar la última hora del equipo y dar las impresiones respecto al importante choque ante el Poli Ejido el próximo fin de semana en Santo Domingo.
Y es que el ex técnico de Recreativo de Huelva y Racing de Santander, entre otros equipos, sigue manteniendo el discurso una semana más respecto a las opciones del conjunto azulino. «Lo que se ve muy difícil en una jornada, si eres capaz de sacar tu partido adelante, igual se ve todo muy diferente durante la siguiente semana».
Para Lucas Alcaraz, la mentalización es fundamental en lo que resta de temporada y señaló que «la concentración en las últimas jornadas es muy importante. Sin duda que el equipo mantenga la concentración hace pensar que pueda confiar en sus posibilidades y rendimiento para salir de situaciones y partidos difíciles».
Respecto al ambiente que se respira en el vestuario tras la derrota ante el Levante dirigido por José Manuel Esnal 'Mané', el técnico granadino quiso señalar que «evidentemente, después de perder un partido el equipo está un poco fastidiado, pero ahora mismo hay que mirar al siguiente partido y pensar que podemos lograr la victoria. Está claro que si ves que un encuentro que puedes ganar se termina perdiendo, te deja tocado».
El penalti fallado por el ariete azulino, Álex Geijo, ha sido, durante estos últimos días, uno de los temas más comentados en la parroquia xerecista. Lucas Alcaraz tiene muy claro que el fallo del delantero hispanosuizo «es un trago que todo futbolista tiene que pasar. Sin ir más lejos, el Villarreal fue eliminado por uno de los hombres más seguros tirando desde los once metros. Todos los que lo hemos sufrido, sabemos que no deja ninguna concesión y lugar a dudas a que lo va a transformar, pero el fútbol es, a veces, así de caprichoso con ciertos futbolistas».
Los de Alcaraz están cuajando, a raíz de la victoria en Alicante, unos primeros tiempos muy buenos con ritmo y profundidad en cada llegada. Aún así, uno de los puntos débiles del equipo de Alcaraz en este final de temporada parece instalarse tras el descanso. Al respecto, Lucas Alcaraz señaló que «al equipo le pesa mentalmente saber que ha tenido muchas opciones para adelantarse, para encaminar el partido y al final ver que el rival ha aprovechado una oportunidad para llevarse el encuentro». Además señaló que «acepto que el equipo haya hecho las cosas más con el corazón que con la cabeza, lo que pesa es piscológico, saber que existe una fatalidad no escrita del que perdona, termina perdiendo», apuntó el granadino.
Respecto al partido del domingo ante el Polideportivo Ejido que dirige José María Salmerón, Lucas Alcaraz apuntó que «los equipos juegan en base a la necesidades. Los partidos son muy intensos y se deciden en cualquier jugada. La atención, precisión, concentración son fundamentales. Un detalle en cualquiera de las dos áreas puede decidir un partido».
El Xerez encara una semana muy importante, ya que un resultado positivo podría consolidar a un equipo que necesita aferrarse a la lógica de los números para mantener sus aspiraciones.