SATANIZADO. Marilyn Manson personifica como nadie el llamado rock satánico. / LA VOZ
Cultura

La voz del lado oscuro

El rock decidió apropiarse de la vieja temática gótica, desde los Rolling Stones hasta la eclosión del punk

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La negra sombra del tenebrismo siempre ha sido muy alargada en el mundo del rock. El primer impulso de rebeldía se muestra siempre en un rechazo hacia los convencionalismos de los adultos. Lo cual se traducía, en un inicial momento, en amor libre, drogas y cierto desmadre. Por tanto, asuntos asociados con el pecado, y que conducen, inevitablemente, a la condenación eterna. No resulta difícil adivinar el siguiente paso: el atractivo por el lado oscuro.

Los propios Rolling Stones declaraban, rodeados de ritmos africanos y bailongos, su «simpatía por el diablo». Se abría la veda, y por ella entraron, a finales de los sesenta, gentes como Black Sabbath (el nombre ya lo dice todo) o Alice Cooper.

Cuenta la cantante Marianne Faithfull en su autobiografía que, después del concierto de Bob Dylan en Londres, en 1966, el poeta Allen Ginsberg preguntó a John Lennon si había leído a William Blake. «Nunca he oído hablar de ese tío», contestó. La esposa del beatle, Cinthya, tuvo que intervenir: «Oh, John, no digas mentiras». William Blake, William Borrough, Rimbaud, Apollinaire, todos ellos formaban parte del bagaje fundamental de cualquier adolescente mo-derno.

Del punk al goth

Pero si a finales de la década prodigiosa nació el rock duro con toda su parafernalia de calaveras, cuero negro, mensajes mefistotélicos y portadas inspiradas en las visiones infernales de los pintores medievales, fue con la llegada del punk, o más bien con su inmediata muerte, cuando empezaron a aparecer por las calles los componentes de esa tribu urbana y siniestra que se caracteriza por pelos llenos de laca, largos abrigos negros, caras maquilladas de blanco, botas y cruces invertidas. Algunos afirman que se trataba del luto por la muerte del punk, pero el asunto del goth rock nació casi a la vez que los Sex Pistols, y antes de que llegara 1980 ya funcionaban bandas como The Dammed, Siouxsie and the Banshees, Joy División y Bauhaus, pilares de un movimiento de sonido y estética bastante fosca.

Poco más tarde entrarían en escena Sisters of Mercy y The Cure, que fueron los que consiguieron una mayor repercusión. En España fueron Parálisis Permanente o los primeros Gabinete Caligari las representaciones más cercanas y populares del género. Alaska era el personaje más llamativo, pero su música resultaba más ligera.

Desde el final de los 90, hay en Europa una es-pecie de resurrección de la vestimenta lúgubre, sobre todo en los países del norte. Formaciones como Whithin Temptation, HIM, Evanescence, The Rasmus logran su-perventas pero espantan a los puristas de la línea gótica. Sin embargo, han conseguido que por cualquier ciudad escandinava sea frecuente observar a pandillas de jóvenes con los pelos de punta, lectores de Lovecraft y convencidos de que la vida no es más que un tenebroso tránsito hacia la muerte.