'Dibus' y educación

Una reciente tesis doctoral alertaba del peligro que para la salud de nuestro hijos parece que tiene la serie yanki de dibujos animados Los Simpson. Muchos, sobre todo de las familias más humildes, se veían reflejados en estos personajes de ficción. Educadores y conservacionistas de la especie humana alumbraban que cuando nuestros más pequeños fueran adultos pudieran absorber de la mentalidad y actitud pasota y transgresora de Bart y compañía.

Contradictoria como la propia condición humana es, estos mismos profetas no ven peligro alguno en las alimañas periodísticas de nuestro mundillo rosa. Si de la caja tonta se refiere, tiene más delito para la salud mental de los jóvenes espacios como Salsa rosa que la propia familia de dibus, alejados del american way of life.

Hoy es la televisión, mañana será internet, en el futuro quí lo sá. Siempre buscamos un enemigo diabólico a quien culpar de nuestras propias incompetencias educativas. Si no son los políticos con sus leyes, serán los programadores televisivos. Pero nosotros, jamás (?).

Formar a nuestros hijos es obligación de los padres. No responsabilicemos sólo a profesores, políticos o medios. Correr es de cobardes y mirar hacia otro lado es ejercicio de cinismo. Quizá todos tendríamos que pasar por la consulta del doctor House para que nos dieran un poco de terapia psicoanalítica y dejarnos como los chorros del oro. ¿Seremos capaces así de regresar a la realidad con la que no queremos enfrentarnos? Pues eso, que Shin, Chan, nene y déjame el mando.