Pascua entre Aleluya y Embolao
Miles de personas se dieron cita en Vejer, Arcos, Los Barrios, Paterna y Benamahoma para presenciar las tradicionales sueltas de toros
Actualizado: GuardarLa provincia volvió a celebrar la Resurrección de Cristo corriendo delante de toros. Vejer, Arcos, Los Barrios, Paterna y Benamahoma volvieron a festejar una suelta de toros en la que se produjeron incidentes de escasa consideración. Trece personas resultaron heridas en Vejer y otro más en Los Barrios.
LA JANDA
Fiesta a medio gas
Vejer celebró ayer la tradicional fiesta del Toro Embolao, que sirve de precedente para su feria de ganado. Miles de visitantes acudieron este fin de semana al municipio jandeño para disfrutar de esta original forma de rematar la Semana Santa. Como cada año, se realizaron dos sueltas de toro, una a las doce del mediodía y otra a las cuatro de la tarde. Como medida de seguridad, el Ayuntamiento dispuso vallas de seguridad y tapió puertas y ventanas bajas a lo largo de todo el recorrido. Además, colocó rejas para impedir que los toros tuvieran acceso a las calles cercanas. Los astados salieron de la Plazuela recorriendo toda la calle Juan Relinque para llegar a la Avenida de San Miguel, donde finalizaba el trayecto.
El primer toro en salir por la mañana a las animadas calles del municipio fue Campanito, de 525 kilos de peso, que realizó en poco más de un cuarto de hora todo el recorrido entero; mientras, no faltaban los valientes que se atrevieron a correr delante de él. La organización sólo pone una norma: no se puede tocar al animal.
Por su parte, su compañero de la tarde, Hojaldrero, de 515 kilos, no llegó a realizar ni la mitad del recorrido previsto corriendo por parte de la calle Juan Relinque, pero regresando a Plazuela repetidas veces hasta que, hacia las cinco menos cuarto de la tarde, la organización decidió retirar al animal de la circulación. Hojaldrero volvió al cajón entre decenas de personas que pedían en Plazuela que fuera soltado de nuevo, aunque esto no llegó a suceder. Los que decidieron ver la carrera al final de su recorrido, en San Miguel, se quedaron con las ganas de medir su valentía frente al astado o de contemplar el espectáculo.
Pero esto no impidió que la fiesta continuase en cualquiera de la decena de barras dispuestas al aire libre en las calles y plazas del casco histórico vejeriego, que se mantuvieron durante todo el día abarrotadas de gente que intentaba paliar el calor que ayer acompañó a la localidad. Pero Vejer no fue el único municipio de la comarca de La Janda que vivió ayer un Domingo de Resurrección con tintes taurinos. También es celebre en Paterna la suelta del Toro del Aleluya que convierte a este municipio en el otro gran protagonista del último fin de semana de la Semana Santa y atrae también a un número considerable de turistas. En el caso de Paterna, las sueltas comenzaron el sábado por la noche cuando hacia la una de la madrugada un astado, denominado Estudiante, recorrió las calles Real y Alcalá frente a cientos de jóvenes y observadores. Ayer la fiesta continuó a la una de la tarde con el idéntico recorrido realizado por Horquetillo, al que le siguió la suelta de Jumillano sobre las dos y media de la tarde. En ambos casos, las fiestas de La Janda duraron hasta bien entrada la tarde.
ARCOS
Capital desbordada
La celebración del Toro del Aleluya, en el Domingo de Resurrección, ha sufrido grandes transformaciones a lo largo de los años pero ha logrado sobrevivir gracias al apoyo popular de los arcenses y sus visitantes, además de por su adaptación a las nuevas normativas y exigencias por parte del gobierno autonómico. Hay que tener en cuenta que la primera suelta de astados por las calles de Arcos, al estilo de cómo se hace hoy, se produjo en 1867.
Los festejos comenzaron bastante temprano para los arcenses y los muchísimos visitantes de la localidad. Desde las primeras horas de la mañana el trasiego de gente se hizo notar por el centro de la localidad y por la zona de la calle Gomeles, lugar de donde iba a salir el primer toro. Los espectadores comenzaban a ocupar los puestos que permiten ver con mayor claridad el recorrido de los astados y de los más osados, que corren delante de estos animales de más de quinientos kilos.
El ambiente era el propio de una corrida taurina, ambientado por la gran animación del público que coreaba los sones taurinos junto a la Charanga que se paseaba por el pueblo para ir creando ambiente. Casi dos horas antes de la salida del primero de los toros, el barranco de Gomeles y las vallas más cercanas a esta zona se encontraban a rebosar, en espera del ansiado Toro del Aleluya.
Tanto al primero de los astados, Enemigo, como al segundo, Montesino, no se adaptaron en absoluto al suelo de asfalto y no dieron especial juego a los correderas. Es más, el primero de ellos ni siquiera completó el todo el recorrido, y tuvo que ser retirado porque tenía problemas con los cascos de la pata izquierda a causa del roce con el asfalto. Durante la celebración del Toro del Aleluya hubo aun más gente que otros años. A pesar de la dificultad para cuantificarlos, todo apunta a que se superaron los 100.000 asistentes.
LOS BARRIOS
El día de Cornalón
En el Domingo de Pascua se vivió una vez más en Los Barrios la Fiesta del Toro Embolao. Son ya 26 años consecutivos los que lleva celebrando esta fiesta que hace que todo el pueblo se eche a la calle. Tanto es así que los tendidos de la Plaza de Toros de La Montera se llenaron por completo con más de seis mil personas, a las que hay que unir otras dos mil que estuvieron en el coso y en el callejón. El toro elegido por la Peña del Toro Embolao para esta XXVI edición fue Cornalón, de la ganadería de Marcos Núñez, con 420 kilos de peso y con cuatro años de edad ya cumplidos. Colorado de pelo y con buena presencia en los pitones, dio juego e hizo un recorrido limpio con sólo un herido. Eso sí, no pudo terminar el recorrido y no llegó a entrar en la plaza dado el cansancio que arrastraba.