EN LA CATEDRAL. El palio de la Virgen de los Dolores accede al primer templo diocesano. / O.CH.

Servitas desafía a las previsiones y pone a su cortejo en la calle

Al contrario de lo que sucedió en 2005, la Orden fue la única que no suspendió su salida el Viernes Santo aunque tuvo que volverse a San Lorenzo desde la Catedral

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En la iglesia de San Lorenzo, la incertidumbre por la situación meteorológica era similar a la del templo castrense. Desde primeras horas de la tarde, la junta de gobierno estudiaba los partes que las diferentes estaciones meteorológicas iban proporcionando a la Orden Tercera de Servitas Esclavos de María Santísima de los Dolores.

A las seis de la tarde, todos los penitentes esperaban sentados en el interior de la parroquia de Sagasta para escuchar cuál era la decisión que había tomado la junta, mientras que conocían que la cofradía de Expiración había comunicado a sus hermanos que no iban a realizar su estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.

Pero para sorpresa de propios y extraños, a la seis y diez de la tarde, un miembro de la junta de gobierno de Dolores comenzó a dar las instrucciones de salida. A las seis y diez, se solicitó la apertura de la segunda puerta de la iglesia de San Lorenzo y, a la hora prevista, a las seis y cuarto, la puerta principal se abría al mismo tiempo que se escuchaban tímidos aplausos del público que esperaba en la calle Sagasta y Hospital de Mujeres.

El capataz del paso de palio, José Julio Reyeros, pidió a su cuadrilla de cargadores que esperaba en la capilla de Afligidos, que cambiasen la cara, «las quiero ver alegres», añadió. Con cuidado, y a ruedas, acercaron a María Santísima de los Dolores hasta la puerta, ante la atenta mirada del párroco de San Lorenzo, José Araujo, y el hermano mayor de la cofradía de Las Penas, Miguel Ángel Novo.

A pulso, la cuadrilla de la Asociación Rubio del Aceite sacó el paso de la parroquia, dejándolo descansar en frente al azulejo de Afligidos.

Con los sones de la marcha Virgen del Valle, la imagen de María Santísima de los Dolores inició su camino hacia el primer templo de la ciudad. La primera parada la realizó frente a la puerta de Hospital de Mujeres, sede del Obispado. Fue en ese instante cuando empezaron a caer algunas gotas de lluvia. Sin embargo la Orden Tercera de Servitas Esclavos de María Santísima de los Dolores decidió desafiar a la meteorología, y siguió el itinerario previsto por la plaza de las Flores con la marcha Amargura interpretada por la banda de música municipal de Prado del Rey.

Cuando María Santísima de los Dolores entró en la Catedral, el tiempo comenzó a empeorar y, además, los partes meteorológicos presagiaban lo peor. Fue entonces cuando la junta de gobierno decidió regresar a su sede canónica en San Lorenzo.

Aunque en un principio la hermandad quería pasar por la carrera oficial, la lluvia obligó a Servitas a coger por el camino más corto -Santiago, Compañía, plaza de las Flores, Hospital de Mujeres y San Lorenzo-. Poco antes de las nueve de la noche, el hermoso paso de palio comenzaba a bajar por Arquitecto Acero, mientras la formación serrana que marchaba detrás interpretaba la composición Mater Mea.

Lo peor estaba por venir, ya que un intenso chaparrón se desató cuando el cortejo se encontraba todavía por Hospital de Mujeres, lo que obligó a acelerar el paso.

Alrededor de las diez y media de la noche, la imagen de María Santísima de los Dolores descansaba en su capilla de San Lorenzo esperando mejor suerte para la Semana Santa de 2007.