Una imagen negativa

El pasado viernes a mediodía sonó el móvil justo cuando veía el telediario y nada más pulsar el botón escuché una frase que me indigestó el guiso de chocos del almuerzo: « .quillo ...¿pero qué está pasando en tu tierra?». Desde luego no se refería a los actos del Bicentenario, ni al segundo puente, ni siquiera a la Semana Santa. No señores. Cádiz se asomaba al balcón nacional por las corruptelas y pillerías de unos pocos. Lástima.

La trama marbellí se ha colado en la provincia por la puerta de Jimena y es que el cerebro de la operación urbanística de la Costa del Sol, Juan Antonio Roca, un auténtico mecenas del mal gusto, contaba en la zona con una finca de película y había firmado con su ayuntamiento dos convenios para futuras promociones. Lamentablemente, la noticia ha servido a los políticos gaditanos para tirarse los trastos a la cabeza y tumbar de golpe la imagen de Cádiz. Unos y otros han aprovechado la ocasión sin escrúpulos para enchufar el ventilador y denunciar -denuncia que algo queda- posibles casos de corrupción en otros municipios pensando más en el rédito propio que en el daño que recibe la provincia con este tipo de acusaciones. Para remate, salta al ruedo días después la trama de las facturas falsas en la Sierra y el remake de las pensiones. Todo un culebrón de pícaros que explica cómo vivir del cuento sin dar golpe. El sábado por la noche recibí una nueva llamada de la misma persona para advertir con sorna de que la mitad del programa Salsa Rosa se lo dedicaban a la Campanario por su imputación en el fraude de las pensiones. Lo que nos faltaba.