VUELVE A SONREIR. Lucas Alcaraz durante el entrenamiento de ayer. / TAMARA SÁNCHEZ
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Un rival moribundo para volver a acercarse al cielo

El Xerez tiene la oportunidad de acercarse a la cabeza de la clasificación si vence a un Eibar que se encuentra en lo más profundo de la tabla

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Lo más difícil ya se ha conseguido. Se hablaba, se comentaba, se pedía, se suplicaba por una victoria de la manera que fuera, y llegó en forma de goleada al Hércules. Cuando al equipo le dio la espalda la fortuna y perdía la identidad a medida que todos los factores se le tornaban adversos, desde el mismo seno del club consideraban que un triunfo sería la solución a todos los males xerecistas. Ha costado. Ha tardado mucho en llegar, pero ha sido bienvenida porque parece que ha llegado a tiempo. Hoy tienen la oportunidad de refrendar esa recuperación y además, se encontrarán con un rival desmotivado que cuenta los días que le quedan para bajar de categoría y dejar a la división de plata sin uno de los clásicos de Segunda. Y es que el Eibar ya vaga moribundo por el inframundo. Se encuentra muy por debajo del resto, a nueve puntos de la salvación y tumbados completamente en el suelo del pozo.

Algo que no deben dejar pasar los de Lucas Alcaraz, reactivados por el triunfo pese al gran cansancio acumulado a lo largo de una semana en la que los descansos han pasado a ser grandes palizas enlatados en un avión o un autobús durante un número de horas poco recomendables en la previa de un gran esfuerzo físico. No queda otra, y se debe apechugar con lo que impone el calendario.

El sistema

Después de mucho tiempo manteniendo una misma línea en cuanto al sistema de juego, hoy la principal duda no se centra en los cambios de hombres -que también los habrá- sino en el esquema de juego con el que se estructurarán los hombres del conjunto jerezano en el césped de Chapín.

La lógica del triunfo, indica que Lucas Alcaraz volverá a apostar por el 5-2-2-1 con el que se la jugó en Alicante. El cambio resultó positivo tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo, pues los xerecistas ganaron contundencia y seguridad en defensa sin perder llegada al área rival. Mucha culpa de ello tienen los laterales-extremos que en la mayoría de los casos servían para enlazar con el ataque. Mendoza se retiró antes de tiempo en el entrenamiento de ayer con un pinzamiento y es la principal duda. Granero y Etxabe son las opciones que baraja Alcaraz. Bajic, Gerard y Moreno parecen tener suficiente frescura, al menos, los dos primeros. Es complicado que el gran capitán salga del equipo, por lo que el valenciano tratará de compensar con su fuerza de voluntad el agotamiento físico.

Castaño y Pendín fueron claves en Alicante. Por control, presencia y equilibrio se ganaron el puesto. Colorado sería la alternativa.

Y en la zona donde la imaginación y la rapidez son prioridad, surge otra duda. Camuñas se resintió el miércoles de su esguince de tobillo. El madrileño estuvo muy activo en el Rico Pérez, pero en los minutos finales fue cazado y acabó con muchas molestias. Además, en la jornada del jueves realizó un viaje relámpago a Getafe para estar presente en el nacimiento de su hija.

Frente a un equipo tradicionalmente defensivo, en muy mal momento y jugando lejos de su feudo, parece poco atrevido saltar al prado con cinco teóricos defensores y con dos medios centros de perfil defensivo, aunque con el resultado obtenido en tierras alicantinas parece poco probable que el preparador granadino retorne al modo de juego que venía intentando realizar.

El Eibar llega a Jerez tras un largo viaje y con la derrota frente al Numancia todavía en la cabeza. De cualquier modo los vascos se han acostumbrado a vivir sin el sabor del triunfo. De los últimos 21 encuentros sólo han ganado uno, los azulinos les doblan en puntos y para colmo sufren las bajas por lesión de Gorka Brit y de David Asensio.