Vuelven a caer cascotes de la Comisaría del Pirulí sin fecha aún para el traslado a la de la Avenida

De nuevo los bomberos tuvieron que acudir este miércoles por la mañana de urgencia al edificio del Pirulí, donde actualmente se ubica la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Cádiz , por la caída de cascotes desde la fachada del edificio en su parte más alta a la zona más cercana a la playa de Santa María del Mar. También ocurrió el pasado mes de diciembre, cuando el desprendimiento de estos cascotes obligó incluso a cortar la calle para evitar que el desprendimiento pudiera herir a alguien o dañar algún vehículo, por lo que además se retiraron los coches patrulla de la zona.

Y parece que esta situación se seguirá dando si no se arregla en su totalidad el edificio ya que de momento el traslado de la Comisaría del Pirulí a la 'antigua' (la de la Avenida) va para meses . Según ha podido saber este periódico, a pesar de que se han dado varios plazos como principios de 2021 o verano también de este año (los últimos), la mudanza no está prevista al menos hasta final de año. Esto obligará, entre otras cosas, a volver a abonar a Telefónica -propietaria del Pirulí- los 300.000 euros que cuesta el alquiler como lleva ocurriendo los últimos cinco años. Desde que los policías tuvieron que trasladarse 'in extremis' por los daños estructurales que presentaba el inmueble de la Avenida y también por la presencia de amianto en las instalaciones.

Aunque ya desde el exterior se percibe como dicha jefatura ha sido remozada queda aún «bastante trabajo» en su interior . Según fuentes consultadas, hay bajantes llenos de cemento y también quizá haya que hacer cambios en los calabozos porque han quedado «muy reducidos», algo que el protocolo mide de manera especial debido a los derechos que protegen a cualquier detenido. También quedan trabajos sobre la instalación eléctrica e informática, entre otras cuestiones. Los sindicatos han solicitado que el traslado no se efectúe hasta que el edificio esté rehabilitado en su totalidad para evitar las incomodidades que ya sufrieron en 2016.

Fue aquel verano cuando tras meses trabajando entre puntales los agentes se tuvieron que mudar con carácter «urgente». Ordenados por la inspección tuvieron que trasladarse a otra ubicación y ese nuevo emplazamiento fue las instalaciones del Pirulí que, como ya se denunció en su momento, no cumplía exactamente con la funcionalidad que tiene que tener una comisaría policial.

Hay que tener en cuenta que una comisaría exige determinados parámetros en cuanto a condiciones de seguridad y privacidad . Uno de los principales déficit es la ausencia de calabozos, lo que obliga a llevarlos hasta la comisaría de San Fernando, lo que, además de ser engorroso, es una pérdida de tiempo para las continuas conducciones, para los traslados a los juzgados, o que obliga a los agentes de San Fernando a asumir la custodia de detenidos de otra ciudad además de los propios.

Tampoco se cuenta con galería de tiro por lo que cuando se realizan prácticas, poco a menudo, se tienen también que desplazar. Y otra cuestión más relacionada con la intimidad. Las tomas de declaración a un investigado o a una víctima se realizan muchas veces a la vista de todo el que pasa por la diáfana planta donde se encuentra la Brigada Judicial.

En cuanto a la construcción de una nueva Comisaría Provincial con todo el equipamiento y espacio necesario en el solar de la Avenida de Astilleros como se llegó a barajar, no hay noticias. Salvo aquellas que apuntan a los desencuentros sobre las formas y los terrenos a ocupar entre el Ministerio del Interior, la Dirección General y el Ayuntamiento de Cádiz, que tampoco dan esperanzas de que este proyecto vea la luz de verdad en los próximos años.