La tensión se instala en el Ayuntamiento de Cádiz
Kichi anuncia que pedirá la reprobación de Teófila y Romaní por llamarle «cacique»
El PP contraataca mostrando videos con insultos del alcalde, concejales y asesores del equipo de Gobierno hacia su grupo
José María González Santos e Ignacio Romaní
Si las relaciones entre los grupos políticos representados en el arco plenario del Ayuntamiento de Cádiz ya eran tensas -especialmente entre Podemos y el Partido Popular-, a partir de la junta general de la sociedad Cádiz 2000 celebrada el pasado lunes se ha abierto una auténtica guerra entre ambas formaciones . La decisión del alcalde de la ciudad, José María González Santos , de dejar sobre la mesa dos puntos del orden del día de esta junta general, en la que se proponía por parte de los populares la paralización del proceso de municipalización de los servicios de playas al considerar que se han producido «irregularidades», ha levantado ampollas en San Juan de Dios.
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Una vez que Kichi decidió suspender la sesión a la espera de los informes de Recursos Humanos, Intervención y Tesorería que aclaren el procedimiento que se está llevando a cabo por parte del equipo de Gobierno para recuperar los servicios de playas, la bancada del PP mostró su indignación calificando de «cacicada» la actuación del alcalde. Tanto la concejal popular y exalcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, como el portavoz de los populares en el Ayuntamiento, Ignacio Romaní, llamaron «cacique», «cobarde» y «fascista» a González Santos , que se amparó en el artículo 64 del Reglamento Orgánico Municipal (ROM).
Debates con garantía
El socio de gobierno del alcalde, el portavoz de Ganar Cádiz en Común y primer teniente de Alcalde, Martín Vila, señaló que el deber del alcalde «es asegurar que los debates tengan lugar con absoluta garantía y eso fue lo que hizo precisamente en la junta general de acuerdo con una petición del PSOE para que el debate tuviera lugar con los informes solicitados». Para Vila, esta decisión «no solo entra dentro de la más absoluta normalidad democrática, sino que fomenta una mayor capacidad de rigor y reflexión en las decisiones de los miembros de la junta general.
Vila recordó que también ha sufrido este tipo de actitudes por parte del PP «que hacen casi imposible gestionar desde la presidencia los intentos de boicot».
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