Cádiz
¿Por qué hay tantos perros en Cádiz?
El profesor de Sociología en la UCA, Beltrán Roca, explica los motivos por los que estas mascotas ya triplican a la población infantil en la capital gaditana
«Para entender este incremento hay que leer a Bauman», propone
Leer a Zygmunt Bauman para explicar el brutal incremento del número de mascotas en Cádiz. Es la propuesta de Beltrán Francisco Roca, profesor del Área de Sociología de la UCA, que recurre a las ideas del filósofo fallecido hace unos años ante la pregunta de por qué la capital gaditana cuenta ya con el triple de perros que de niños menores de 10 años .
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«Es un reflejo del cambio cultural que estamos viviendo: los lazos comunitarios y familiares son cada vez más débiles y eso hace que tengamos carencias afectivas que compensamos con los animales», explica el sociólogo.
Una nueva sociedad que Bauman supo explicar mejor que nadie con su idea de la modernidad líquida , donde la inmobilidad ha sido sustituida por la flexibilidad y el adiós a los compromisos para toda la vida en un mundo agotador y de cambios constantes. También en las relaciones sociales. «Hoy predomina la visión utilitaria de unos con otros», añade Roca.
El incremento se da en la mayoría de las sociedades avanzadas y es algo que en el resto de Europa lleva ocurriendo años. Pero Cádiz, donde ya hay más peluquerías caninas que guarderías, también tiene sus particularidades, casi todas relacionadas con la cuestión sociodemográfica, según repasa el sociólogo.
La población ha envejecido a un ritmo imponente en los últimos años en una ciudad que ha perdido casi un 25% de su población infantil en la última década. «La presión inmobiliaria o la falta de empleo provoca que los que se queden sean gente cada vez mayor; para formar proyectos familiares la gente se va de Cádiz», advierte el profesor de la UCA al intentar explicar por qué el número de perros multiplica por ocho a los niños menores de cinco años.
Además del descenso de la natalidad, Roca recuerda la importancia del cambio global. «La precarización del empleo retrasa la edad de tener hijos e impide que tengamos muchos. Ni siquiera las cifras migratorias, que son muy bajas, compensan esa bajada», añade.
El «corto plazo», la «movilidad» o el «consumismo» son otros factores para explicar este fenómeno. «Es muy dificil establecer lazos fuertes y duraderos. Para entender este fenómeno hay que leer a Bauman: sobre cómo ha cambiado la vida en comunidad, cómo se ha impuesto el individualismo . No es sólo que dejemos de tener hijos para tener mascotas: el cuadro es mucho más complejo», añade.
Cambios sociológicos que se han hecho notar en la interpretación que se da al hecho de tener una mascota, a veces usada como sustitutivo. «El trato que se le da a los animales ha cambiado. Hoy se trata a los animales como personas: tienen su comida especializada, un lugar en la casa dedicado exclusivamente para ellos... Hace unos años estaban en el campo y era inimaginable que la gente en su piso tuviera perros», concluye este profesor de la UCA .