POLÍTICA MUNICIPAL
Síntomas de la parálisis de una ciudad
La gestión del equipo de Gobierno sigue evidenciando lagunas en ámbitos esenciales como las empresas municipales, los organismos autónomos o la ejecución de los acuerdos plenarios
Una sensación se viene apoderando de la ciudad en los últimos meses. Poco a poco, pero va en aumento. Flota en el ambiente. Se pronuncia en las calles, en el autobús, en las cafeterías... Buena parte de los gaditanos son conscientes de ella –otros no tanto– y ya son algunos, no solo los representantes políticos que fiscalizan la gestión del nuevo Gobierno, los que se plantean la misma pregunta ¿Cádiz avanza?
Y es que cierta sensación de parálisis se está adueñando de este rincón. Sus signos aparecen cada vez más diáfanos en las sucesivas radiografías a las que se somete a la ciudad . Unos síntomas que evidencian que el cambio de ocupante en el sillón de San Juan de Dios ha cambiado el paso al que marchaba Cádiz.
Seis meses después del cambio de timón en el Ayuntamiento son muchos los frentes que se mantienen abiertos. Frentes que se antojan prioritarios para que la ciudad funcione. Durante muchas semanas dio la impresión de que la maquinaria consistorial había arrancado , pero parece que no era así, sino que se trataba de la propia inercia que la ciudad traía de la anterior etapa. Y al final, el motor se ha acabado parando.
Algunos de los síntomas de esta parálisis se están evidenciando en los últimos días y en tres ámbitos muy concretos: las empresas municipales, los organismos autónomos y la ejecución de los acuerdos plenarios.
Empezando por las empresas municipales . A excepción de Onda Cádiz, hubo que esperar hasta mediados del pasado mes de octubre -cuatro meses después de la investidura de José María González- para que se desvelaran los nombres de los gerentes de Eléctrica de Cádiz y Emasa. Hace tan solo unos días se conoció el de Aguas de Cádiz, mientras que Procasa se mantiene aún sin consejero delegado. Sea por el empecinamiento de unos o por la intransigencia de otros, la realidad es que estas empresas han echado a andar demasiado tarde. Y la ciudad lo sufre.
Aunque ahí no queda la cosa, pues el horizonte sigue siendo muy negro para las otras tres empresas municipales que permanecen con el freno de mano echado: Cádiz Conecta, Cádiz 2012 y Cádiz 2000, esta última encargada de la gestión del Palacio de Congresos. En el caso de la primera, cada vez está más claro que el futuro de Cádiz Conecta pasa por su disolución. Una cuestión sobre la que el equipo de Gobierno no suelta prenda pero que se atisba a leguas.
La situación por la que atraviesan algunos de los organismos autónomos también merece un capítulo aparte, monopolizando la atención el Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF) y la Fundación de la Mujer. En ambos casos, los intereses partidistas están prevaleciendo por encima del resto. La destitución de la anterior gerente del IFEF por motivos de «feeling político» –como argumentó el equipo de Gobierno– ha coincidido en el tiempo con el proceso de presentación de proyectos para aspirar a las ayudas del nuevo marco europeo.
¿Quién comanda ahora esta labor? Sin poner en duda la profesionalidad de los técnicos municipales, nadie, pues Fomento no podrá contar con nueva gerencia hasta, al menos, comienzos de 2016. En cuanto a la Fundación de la Mujer , también se encuentra huérfana de gerente después de que Ana Camelo desechara los currículos de los tres funcionarios que se presentaron al puesto.
La más reciente de las manifestaciones que pone en tela de juicio que la ciudad esté marchando como debiera, es la falta de certeza sobre si los acuerdos plenarios se están llevando a efecto en tiempo y forma , algo que ignoran los partidos de la oposición y el resto de la ciudadanía. Solo el equipo de Gobierno sabe qué, cómo, cuándo y dónde se están ejecutando las propuestas aprobadas por el Pleno del Ayuntamiento. Por esta misma razón, Ciudadanos propuso en el Pleno del viernes atribuir a la Junta de Portavoces la función de control y seguimiento de estas mociones y enmiendas, un medida que salió adelante con el apoyo de la oposición.