PERSONAS SIN HOGAR
Sin hogar y sin soluciones
Cerca de 200 personas en Cádiz viven en la calle. Las asociaciones que los atienden hacen un diagnóstico y señalan las prioridades para abordar la problemática
«Han muerto en nuestras calles sin saber muy bien ni cómo ni cuándo ni cómo atajar ese problema» . Esas palabras son del alcalde de Cádiz, José María González, y las personas a las que se refiere son las que viven en la calle, las personas sin hogar. Con esa frase pronunciada hace un par de semanas durante su balance de 2018, José María González se refería al capítulo más doloroso del año como alcalde, a uno de los mayores fracasos de la gestión municipal y a uno de los retos del equipo de Gobierno para este 2019.
En este ejercicio anual de dar cuenta de errores y aciertos a la ciudadanía, reconocía que las actuaciones que se llevan a cabo en la actualidad eran «insuficientes», recalcaba la «gravedad» y «complejidad» de la situación, que afecta a un centenar largo de personas en Cádiz, y señalaba a nuevas iniciativas como el Centro de Baja Exigencia para personas sin hogar -licitado en octubre de 2017- que el Ayuntamiento pondrá en funcionamiento próximamente como una de las medidas que contribuirán a evitar nuevas muertes en la calle. De momento no hay fecha concreta para su apertura. Según informa el Consistorio «se está pendiente de los pliegos del albergue y del nuevo centro, que se sacará a licitación por primera vez juntos».
Hasta la fecha, el objetivo de que ninguna persona duerma en la calle con la que el gobierno de González Santos comenzó el mandato en junio de 2015 sigue formando parte de los asuntos pendientes. La realidad en torno a las personas sin hogar es poliédrica. Lo saben bien las personas, la mayoría voluntarias, que desde hace años trabajan con quienes tienen un cartón o el cielo raso como techo. Desde su experiencia directa de la situación, de las personas y de la ciudad, han hecho un diagnóstico de las principales necesidades. Son las urgencias de quienes pisan la calle para que otros lo dejen de hacer las 24 horas del día.
Calor en la Noche
Manuel Meni es el presidente de Calor en la Noche, una de las asociaciones más antiguas y activas en la defensa de los ‘sin techo’. «Lo más importante es tener un albergue más grande para dormir y con más facilidades, no un centro de baja exigencia». Meni se muestra a favor de sumar esfuerzos, pero que sean «los que hacen falta». «El albergue de Cádiz es pequeño y el censo de personas que viven en la calle muy grande», por eso considera que el centro de baja exigencia, «que es de día, no para dormir» no es el recurso más necesario que se debe poner en marcha.
«Se ponen muchos ‘peros’ a las personas sin hogar para dormir en el albergue municipal, hay demasiados requisitos»
Esta petición contrasta con la ocupación actual del Centro de Acogida Municipal -antiguo albergue municipal-, cuyas plazas durante la campaña del frío sólo se ocupan al cien por cien algunos días, tal y como informaba hace unos días el Ayuntamiento. La explicación de Meni es demoledora: «se ponen muchos ‘peros’ a estas personas para dormir allí» , sobre todo en relación a la movilidad. «A veces hemos llevado a algún señor al albergue y por no poder hacer la cama no tiene el derecho de dormir en el albergue». En su opinión, se piden muchos requisitos «personales» para dormir allí que excluyen a gran parte de las personas sin hogar. «Si no pueden hacerse la cama, que les ayuden a hacerlo, lo que no puede ser es que les dejen sin ese derecho por ese motivo».
La segunda medida que propone hacer es una perrera . Dicho de otro modo, habilitar un sitio para la estancia de los animales de compañía de las personas sin hogar. Puede resultar una cuestión baladí pero no: «es fundamental porque el único cariño que tienen estas personas es el que le trasmite el animal», afirma Meni. El problema es que como no tienen dónde dejarlo, no pueden acceder al albergue, «por eso también hay plazas libres». Esta idea ya la ha trasladado en varias ocasiones al Ayuntamiento «pero dicen que lo tienen que estudiar».
En tercer lugar abogaría por crear una consigna «para que no carguen con todas las pertenencias a cuesta todo el día». Un local, una persona y una mínima organización «bastarían».
Despertares
El portavoz de la asociación Despertares, otra entidad enfocada a ayudar a las personas sin hogar, Carlos Sánchez Grimaldi , coincide en la importancia de habilitar un espacio para los perros como una de las iniciativas que se podrían llevar a cabo. Va más allá y propone su ubicación en un local junto a la antigua jefatura de la Policía Local, frente al Centro de Baja Exigencia. «Se podría acondicionar para que cuando vayan al centro puedan dejar ahí sus perros porque son su familia». Asegura que no se precisa muchos recursos económicos y lo vincula a la mejoría de la salud de las arcas municipales que ‘vendió’ el alcalde esta pasada Navidad: «ahora que hay más dinero porque hay menos deuda, que se compren perreras». Han trasladado al Ayuntamiento la idea, al igual que otra propuesta para que el Consistorio se haga cargo de la vacunación de los canes.
«Hacen falta equipos de calle, hay personas que necesitan ser atendidas con urgencia, sobre todo con problemas mentales»
Por otro lado, como medida «urgente» y «de extrema necesidad» subraya la implantación de equipos de calle que den atención mental y sociosanitaria . Desde su perspectiva, «falta trabajo de campo». Sugiere a los responsables institucionales que salgan a la calle de manera permanente y, a partir de esa atención directa, establezcan medidas «efectivas» para ayudar a las personas sin hogar. «Hay personas que necesitan ser atendidas lo antes posible, sobre todo si tienen problemas mentales», una circunstancia que precipita el deterioro del individuo y su situación. En este sentido señala a dos en concreto que «urge quitarlas de la calle». Cuando media alguna enfermedad mental esa labor se complica, requiere de un seguimiento y tratamiento individualizado y de un internamiento para garantizar la evolución. Esa mejoría real de la persona es inviable viviendo en un banco, un cajero o una acera. Sin equipos de calle el proceso es «imposible».
Con respecto al Centro de Acogida Municipal, aboga por adaptar su funcionamiento a la realidad del colectivo. «El albergue no es que esté ni bien ni mal gestionado» pero discrepa con las normas que lo rigen «porque que a las 7 de la mañana te levanten y te echen a la calle hasta las 6 de la tarde deteriora mucho a la persona , le obliga a tener que ponerse a dar vueltas todo el día sin solución ni alternativa». Cuando el Centro de Baja Exigencia abra sus puertas, en teoría se suplirá esa deficiencia porque está pensado como centro de día. «Está bien pero es insuficiente», opina.
Por último, hace un llamamiento a los empresarios de Cádiz para ayudar a estas personas a su inserción laboral . Lejos de los que muchos puedan pensar, «hay gente muy válida para trabajar que está viviendo en la calle». Frente al argumento de que hay mucha gente desempleada en Cádiz, Carlos Sánchez replica: «siempre hay que ayudar al que peor está». Cuestión de administrar las prioridades. También estima que desde el Ayuntamiento se podría contratar a gente de las asociaciones: «hay muchos voluntarios desempleados que se dedican a atender a estas personas».
Iguales en Acción
Iguales en Acción es la asociación de más reciente creación dentro de la atención a personas sin hogar en Cádiz pero su responsable, Menchu Romero , lleva trece años trabajando con este colectivo en la calle. Frente a la metodología escalera (ir paso a paso y que el último objetivo sea la vivienda) la filosofía de trabajo de Iguales en Acción se basa en el ‘housingfirst’ (la vivienda primero), de gran implantación y «muy buenos resultados» en Europa y EEUU. Consiste en que las personas sin hogar pasen de la calle a la vivienda con acompañamiento técnico , «no un albergue, ni una comunidad terapéutica, ni que salga antes de la adicción. Creemos que hay que trabajar desde la no exigencia y, desde la vivienda recuperar a las personas. Así se recuperan ellos, dejan adicciones y recuperan a la familia».
«Lo primero es procurarles un techo y desde ahí empezar a recuperar su dignidad»
Lo más «urgente, prioritario y necesario» es «garantizar la atención individualizada de estas personas desde la calle» . Sobre la situación actual, desde Iguales en Acción señalan que las personas sin hogar «está abandonadas institucionalmente en la calle, y solo son atendidas por voluntarios». Lo inminente es la atención individualizada a nivel «social, médico, sanitario y psicológico».
Menchu Romero distingue entre la actuación de urgencia y el objetivo principal que debe regir cualquier medida. «Una cosa es atenderlos en las necesidades básicas en la calle, y otra distinta es darle salida de la calle». «Ahora no están ni atendidas ni diagnosticadas». Por ello apuesta por crear una estructura de recursos sociales que ofrezcan oportunidades más allá de una atención de día o temporal». Se trataría de medidas «más promocionales» que pasarían por proveer una vivienda a las personas sin hogar, con atención y acompañamiento. «Lo primero que les hace falta es un techo y desde ahí empezar a recuperar su dignidad y su camino hacia el cambio; el albergue es un alojamiento muy temporal y escaso».
Recientemente Procasa ha cedido una vivienda a Cruz Roja. Iguales en Acción cuenta con una vivienda para tres personas y están trabajando para conseguir que les cedan otras gratis o con alquiler social. La cesión de viviendas para personas sin hogar , más allá del objetivo de las asociaciones, está contemplado en el Plan de Inclusión del Ayuntamiento , tal y como recuerda Menchu. «Seguiremos buscando las posibilidades de que se nos ceda alguna vivienda social porque no podemos hacer frente a una nueva vivienda si no podemos pagarla el año entero. Trabajamos con personas, no con juguetes».
Hay más asociaciones que trabajan de manera desinteresada (Caballeros hospitalarios, Virgen de Valvanuz, Cruz Roja, APDHA, etc) y cuya labor resulta indispensable. En 2018 se empadronaron en Cádiz 18 personas sin hogar . La escasez de recursos económicos y la falta de un criterio unificado de actuación lastran el abordaje efectivo de este drama que sólo en Cádiz sufren casi 200 personas.
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