Polémica

«Si empezamos a tirar estatuas, no paramos... Llegaríamos hasta los romanos»

El especialista en historia del esclavismo en Andalucía Manuel J. Izco rebate las palabras de la diputada gaditana Teresa Rodríguez en las que apoyaba la eliminación los monumentos a Colón y los «homenajes a esclavistas»

Un operario remata la reparación de la estatua de Columela en el centro de Cádiz. L. V.

J. Landi

El debate y la polémica, de carácter mundial , adquirió matices más cercanos el pasado domingo. La gaditana y coordinadora de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, apoyaba en público desmantelar estatuas de Cristóbal Colón y también las de otros que «sacaban sus fortunas del tráfico de esclavos» .

Le preguntaban después de que el grupo En Comú Podem propusiera eliminar la célebre efigie del explorador en el centro de Barcelona . «Colón también, pero habría que ir a por otros, que algunas de las grandes fortunas de este país se han constituido en el comercio de esclavos y hay muchas calles de nuestras ciudades, muchas estatuas hechas a benefactores de la ciudades que sacaban sus fortunas de la trata y el tráfico de esclavos», replicaba Rodríguez.

La disputa histórica y revisionista estaba servida. Qué estatuas u homenajes habría que eliminar en zonas como Cádiz. Qué se considera esclavista . «No sé a qué personajes se refiere con el término esclavista. Como tal, ninguno tiene una estatua en la provincia o en Andalucía que yo sepa. Otra cosa sería incluir como esclavistas a los militares que participaron en la conquista de América, que entonces serían todos».

Es la primera conclusión de Manuel Jesús Izco, concejal andalucista en el Ayuntamiento de Puerto Real e historiador, considerado un especialista académico en la etapa de la esclavitud en Andalucía . Su obra 'Amos, libertos y esclavos' es una referencia académica en el estudio de este fenómeno en las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva, primordialmente.

«Creo que el error de Teresa Rodríguez y de muchas personas que piensan así es mirar al pasado con los ojos del presente . Es imposible analizar con criterios actuales leyes o comportamientos de finales de la Edad Media , porque con Colón hablamos del final de la Edad Media. No tiene sentido querer borrar la Historia. Debemos conocer lo que sucedió, y entender que hubo episodios, etapas, muy crueles, horribles, pero no eliminarlos. Debemos conocerlos para que no se repitan», insiste Izco.

Al historiador le llama la atención que «esas declaraciones las haga una persona que procede de Cádiz , una ciudad que formó parte del triángulo, con Sevilla y Huelva, más activo en el comercio de esclavos en los siglos XVI, XVII y XVIII. En Cádiz, el diez por ciento de la población llegó a estar formada por esclavos en varias décadas de esos siglos. Entre los años 1650 y 1750 se vendieron y compraron 17.000 esclavos en la ciudad. Puede sonar terrible pero eran una mercancía, por desgracia. Una más, entre otras, porque ni siquiera los esclavistas estaban especializados en este tráfico únicamente, tenían muchos otros», detalla.

Para explicar la situación que se vivía hace casi 400 años, intenta dar claves sociales, legales, políticas y económicas: «El esclavismo era una práctica legal en todo el mundo. Lo fue siempre, hasta hace 200 años. Ni siquiera era propio de élites. Las familias más poderosas tenían esclavos a su servicio pero los artesanos u obreros más humildes , también, les daban las tareas más penosas. Las relaciones entre esclavos y dueños eran muy diversas. El abanico era muy amplio. Había esclavos que tenían una relación casi familiar durante toda su vida con sus propietarios y muchos otros vivían situaciones horribles, muy crueles. Es imposible generalizar, y comprenderlo, con 500 años de diferencia».

España, aunque arrastra la leyenda negra de la conquista de América, «donde hubo momentos terribles, claro está», ni siquiera es uno de los países con mayor violencia esclavista en la Historia, según Manuel Jesús Izco: «En el momento de máximo auge del comercio esclavista, cuando llegaron a salir 12 millones de personas desde África hasta América, España no controlaba ni el 8% del tráfico mundial . Era un mercado enorme que se repartían, sobre todo, Portugal y Gran Bretaña, las dos mayores potencias esclavistas». En cambio, España tiene también sus manchas en este episodio histórico. Lamentablemente, por sus circunstancias históricas y territoriales, «fue el último país de Europa en abolirla».

El peso de la leyenda negra

Aunque la esclavitud es historia desde hace 200 años (no así el colonialismo ni la brutal opresión social de unos territorios sobre otros o de unas clases sobre otras en multitud de países), el debate reaparece cada poco tiempo: « La leyenda negra tiene su peso, ha calado. Los conquistadores españoles, por ejemplo, estuvieron mucho más abiertos al mestizaje con los indígenas que los colonos posteriores de Francia o Inglaterra . En América del Norte, la integración era impensable para franceses o ingleses, su represión fue absoluta, mientras que entre los españoles hay más casos de mestizaje, y no hablo solo del ejemplo habitual de Bartolomé de las Casas, hay bastantes más».

Sin embargo, la colonización ha quedado como estigma y la exterminación posterior de los indígenas a manos de conquistadores anglosajones o francófonos figura siempre en segundo plano . El ejemplo es que las estatuas de Colón están en el punto de mira tras el estallido social antirracista por la muerte de George Floyd y no la de decenas de personajes históricos norteamericanos, ingleses o franceses que tuvieron un impacto aún mayor en la población indígena.

La líder de Adelante, Teresa Rodríguez, al abrir el debate en Andalucía el pasado domingo, ya admitía que era preciso entender la práctica de la esclavitud contextualizada en su época . Afirmaba que es algo que se puede debatir, pero rechazaba que actualmente se sigan rindiendo homenajes a «esclavistas españoles y andaluces. Nos parece que es una buena idea, por qué no, dejar de rendir homenajes a esas figuras por respeto a personas de otras razas que han sido víctimas de esto en otras épocas y por tener una sociedad que rinda homenaje a personas que tengan más que ver con los valores que hoy tenemos», defendía la portavoz del grupo parlamentario autonómico de Adelante Andalucía.

El historiador y concejal puertorrealeño coincide con la diputada en que la clave es, precisamente, "el contexto». Afirma que es imprescindible «evitar mirar lo que sucedió hace mil años con los ojos de ahora. Si lo hacemos, empezamos a tirar estatuas y no acabamos... Llegaríamos hasta los romanos . En Cádiz, borraríamos toda la memoria de Columela porque los romanos tuvieron mucho de conquistadores, obviamente. Revisar lo sucedido hace siglos es un círculo vicioso, una pescadilla que se muerde la cola, no acabaríamos. Se trata de conocer lo que ocurrió, lo horrible y lo que no lo fue, para no repetirlo, pero no intentar borrarlo».

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