MEDIO AMBIENTE
Santa María: Una playa sin olas o la permanente regeneración
La Demarcación de Costas ya tiene un proyecto para evitar la erosión, aunque supondría cambiar su fisonomía por completo
Una playa artificial es como un edificio, necesita un mantenimiento permanente para que no se derrumbe –que en este caso s ería terminar hundida bajo el agua –. Esa es la situación de Santa María del Mar, el rincón de la capital gaditana que mayor número de surfistas atrae. El régimen de vientos y la disponibilidad de todos los servicios la convierten en un lugar ideal para practicar este deporte. Sin embargo, conservarla supone el gasto de miles de euros cada año en el arrastre y aporte de arena, además de la rehabilitación periódica de sus espigones . La primavera pasada recibió un tratamiento completo que le da otros cinco años de vida, pero en vista de lo costoso que resulta mantenerla, se plantea la necesidad de encontrar una solución definitiva.
La Demarcación de Costas de Andalucía Atlántico ya tiene redactado un proyecto que permitiría conservar la playa sin necesidad de seguir regenerando. Se trata de instalar una estructura a cierta distancia del rompeolas que frene la erosión. El efecto de ello es que perdería el oleaje y ser convertiría en una especie de lago, con una marea parecida a la que tiene La Caleta . Además del elevado coste económico, que se ha fijado en unos dos millones de euros, conlleva un importante coste social, ya que obliga a cambiar su fisonomía por completo.
El jefe de la Demarcación, Patricio Poullet , entiende las repercusiones y no se muestra partidario de llevarlo a cabo. Según explica a este medio, «el proyecto está terminado, pero no estaría bien tomar una decisión así sin conocer la opinión de los ciudadanos», aclara. También es reacio a transformar el uso de la playa cuando hay otras alternativas, que en este caso es sólo una: continuar regenerando cuando sea necesario. Y para ello ha encargado un estudio a la Universidad de Cantabria , experta en este tipo de trabajos, que permita determinar con qué periodicidad hay que hacerlo para optimizar los esfuerzos.
«Hace años que venimos observando esta playa y, gracias a eso, el verano pasado pudimos repartir los aportes de arena vertiendo 60.000 metros cuadrados y otros tantos en la Victoria , que servirían como depósito», explica, tras aclarar que «si los hubiéramos echado todos a la vez en Santa María se habrían perdido».
Ni una playa más
A pesar de la larguísima extensión de playa que tiene Cádiz, la ciudad no renuncia a la creación de alguna más. La de Puntales y la del Baluarte de San Roque son viejas iniciativas que siguen durmiendo en el cajón a la espera de tiempos mejores, pero «ya son pocos los ayuntamientos que plantean proyectos de este tipo», reconoce el jefe de Costas.
Señala que «la disponibilidad presupuestaria actual no tiene nada que ver con la de los años de bonanza y será muy difícil que puedan salir adelante cuando la capital no tiene necesidad de más». Calcula que como poco crear estas playas artificiales costaría en torno a cinco millones cada una, con lo que, de momento, queda descartado.