Santa Bárbara
La pérgola-mirador, para no mirarla
Roturas en las paredes acristaladas de los bajos, manchas de óxido y falta de limpieza llaman la atención en la construcción inaugurada hace un año
La pérgola-mirador de Santa Bárbara no nació con buen pie. Ya simplemente su diseño causó una gran polémica. Su vocación de equipamiento permeable, de nexo entre el parque Genovés, la zona de esparcimiento de Santa Bárbara y el océano Atlántico, tampoco está siendo la esperada.
Independiente de si se acertó con el diseño de este equipamiento, que fue una de las grandes apuestas del anterior equipo de Gobierno durante su último mandato, lo que parece claro es que el mantenimiento no está siendo el adecuado. Y si lo estuviera siendo, quedaría patente que los materiales que se usaron para levantar este mirador a pocos metros del mar no eran los idóneos.
A simple vista se pueden comprobar importantes problemas de conservación en la estructura. Algunos parecen provenir de la erosión propia del viento y la salinidad cercana. Otros de la falta de un tratamiento adecuado de los materiales o directamente de acciones vandálicas.
La zona baja, que hace las veces de muro entre el parque y el paseo, está muy de lejos de ser esa zona de conexión y uso ciudadano que se pretendía. No se han ocupado los espacios destinados a acoger un establecimiento hostelero ni el del punto de lectura polivalente. Estas salas están vacías de contenido y además, al ser sus paredes de material traslúcido , dejan ver desde el exterior la suciedad que acumulan.
Esto tendría solución, al ser una mera cuestión de mantenimiento y limpieza, más allá de que los espacios tengan contenido. Lo que va a costar más trabajo solucionar es la rotura de varias de las paredes acristaladas de esta zona baja. Las mismas, aparte del peligro que puedan suponer para los usuarios de la zona, dan al espacio aspecto de estar un tanto abandonado. Los trabajos de adecuación de la trasera del parque Genovés , en la zona colindante con la pérgola, así como el solar del teatro Pemán, tampoco ayudan a que el muro transparente luzca lo limpio que sería deseable.
Por otro lado, la zona superior del mirador tampoco luce con el esplendor previsto. El pretil metálico desde el que las personas que pasean por encima de la estructura está oxidado en numerosos puntos. También el material que cubre el suelo del mirador está visiblemente desgastado, a pesar del poco tiempo que lleva instalado.
A todo esto hay que sumar la falta de civismo de algunos ciudadanos, que convierte en habitual la presencia de botellas u otro tipo de basura en los rincones del paseo superior, donde la falta de papeleras dificulta las labores de limpieza.
Rebajas en los materiales
Obviamente, un aspecto que debe tener incidencia en esta rápida degradación de la pérgola de Santa Bárbara se encuentra en la decisión del anterior equipo de Gobierno de adjudicar la obra por un valor mucho menor del previsto en el proyecto del arquitecto José Luis Bezos , ganador del concurso público para la instalación de esta estructura anexa al parque Genovés. Los trabajos, financiados con fondos europeos del Plan Urbana, salieron a concurso con un presupuesto base de licitación que ascendía a 2.563.559,32 euros, pero finalmente fueron adjudicados a la empresa Corsan Corviam Construcción, S.A. por un valor de 1.517.114,26 euros. Esto implica que la pérgola-mirador de Santa Bárbara costó más de un millón de euros menos de lo que estaba presupuestada en origen. De hecho, según se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Cádiz el 30 de agosto de 2013, a la hora de escoger a la empresa encargada de ejecutar la obra se había valorado la rebaja en el precio de la misma como «ventaja de la oferta adjudicataria», siendo la que incorporaba «el precio más bajo» a su solicitud de cuantas optaron al concurso público convocado por el Ayuntamiento de Cádiz a través del Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF), que es el encargado de la gestión de los fondos europeos.
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