El salón de actos del colegio San Felipe Neri de Cádiz ha acogido este jueves un emotivo acto de homenaje a un matrimonio ejemplar, el formado por Pepe Luna y Maru Cardenete que han cuidado durante 15 años de 23 niños que necesitaban unos padres de acogida.  "No hemos hecho nada extraodinario", repetía la pareja queriendo eludir todo protagonismo, pero el auditorio se empeñaba en devolver ese cariño desinteresado que Maru y Pepe han puesto en cada uno de los niños y niñas que han cuidado.

Una familia de acogida no tiene los lazos de sangre de la biológica pero está vinculada por el corazón a los menores y les proporciona protección, cuidados y educación de manera provisional hasta que se resuelva su situación familiar y puedan regresar a su familia de origen. Cuando no es posible  la reintegración familiar, lo harán de manera estable.  Luna y Pepe destilan amor y han ejercido ese papel de manera natural.  Siempre quisieron ser una familia numerosa y lo han conseguido de una de las forma más bonitas, ayudando a los niños que lo necesitan.

Uno de los momentos más emocionantes del encuentro ha sido el momento en que se ha proyectado un vídeo con mensajes de algunos de estos niños y sus familiares, agradeciendo todo lo que hicieron por ellos el matrimonio Cardenete, que acaba de jubilarse y que abrió su hogar para ser familia de acogida con la Fundación Márgenes y Vínculos durante tres lustros.

En el homenaje, además de un reducido número de familiares y amigos debido a las restricciones de aforo por el covid vigentes, han participado la delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta en Cádiz, Ana Fidalgo; el  presidente de la Fundación Márgenes y Vínculos, Francisco Mena; y Juan Molina, de la Plataforma de Familias Acogedoras.

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Fidalgo ha recordado "son 23 niños los que guardarán durante el resto de su vida un sentimiento especial" hacia el matrimonio que, de hecho "sigue en contacto con muchos de ellos, y eso sí que es un síntoma inequívoco de la extraordinaria labor que ha hecho desde el año 2006".

La delegada territorial ha concedido especial valor al hecho de que "aceptaron acoger a menores sin tener en cuenta una posible discapacidad física, psíquica o sensorial, conductas sexualizadas o trastornos de conducta y enfermedades infectocontagiosas" y que "la raza, etnia o religión, tampoco fue nunca un impedimento para acoger a los menores", que "necesitaban ayuda y ellos se la dieron".

Además, Fidalgo ha señalado que "aunque existan otras vías para cuidar de ellos, desde la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, se entiende que la familia aporta más beneficios para un desarrollo integral de los afectados" y que "es una medida solidaria que permite a niños que están en el sistema de protección de menores crecer en un ambiente estable, cálido y seguro, y esa es la principal preocupación: su bienestar".

La delegada ha concluido su intervención dando las gracias al matrimonio, asegurando que "pueden estar muy satisfechos de todo lo que han dado por estos niños durante estos años" porque "estando con ellos han podido superar las distintas circunstancias que cada uno de ellos tenían, ofreciéndoles el amor, el cariño y la cercanía que en ese momento necesitaban".