TRIBUNALES

Un olvido que no prescribe

Funcionarios de los juzgados de San José en Cádiz denuncian el «perpetuo abandono» del edificio

MARÍA ALMAGRO

La queja no es nueva. Es más, es demasiado antigua, sobretodo para los que la expresan, que cada día están obligados a trabajar «en pésimas condiciones». Mientras que se discute sobre posibles ubicaciones de una Ciudad de la Justicia en Cádiz capital, si se ha presentado oferta o no para instalarla en Zona Franca, o se espera que los presupuestos autonómicos enciendan el farolillo verde de la financiación, la vida judicial continúa en los juzgados de SanJosé. Allí trabajan más de un centenar de funcionarios, además de abogados y otros profesionales. Y acuden a diario decenas de ciudadanos a juicios o a resolver otros asuntos que se encuentran con unas instalaciones «antiguas, obsoletas e insuficientes», donde para archivar, el espacio es muy limitado, tanto, que basta dar una paseo por las oficinas para ver alguna que otra caja encima de mesas y sillas, además de expedientes guardados en unos cuartos improvisados que llevan tiempo sirviendo de ‘mientras’.

Y es que el ‘ya’ tarda en llegar. De momento, van catorce años. El primer anuncio de que Cádiz contaría con una Ciudad de la Justicia, similar a la existente en otras ciudades como Málaga y Almería, se hizo en 2002. Desde entonces el proyecto no ha avanzado, en principio por la falta de espacio, más tarde por la falta de consignación presupuestaria, luego por problemas con la norma urbanística local, después por si aquí o allí.... y así hasta hoy.

«Este edificio tiene una antigüedad de unos treinta años», cuenta Enrique Estévez, delegado sindical de CSIF. «El baldeo hizo polvo los cimientos». Peligraban nada menos que los pilares. Fue en 2008 cuando se tuvo que apuntalar todo el sótano por un problema de filtraciones y humedades derivados de las actividades de la plaza de abastos, también parte del inmueble. Y desde entonces, aunque ahora vacío y sin uso, sigue apuntalado y, lo que más les preocupa, no se tiene constancia de que se hagan revisiones periódicas. Una de las justificaciones que se ha dado en este tiempo desde la Junta es que la administración autonómica no es propietaria total del edificio sino que los detallistas del mercado también comparten dicha propiedad. Por tanto, no se pueden acometer obras hasta que no haya un acuerdo con toda la comunidad.

También se han dado problemas de insalubridad. Aunque ya se solucionó, algunos trabajadores tenían que soportar el hedor que salía de los falsos techos donde se colaban palomas que, al morir, se convertían en un foco de infección. «Tuvimos que avisar que se estaban colando pulgas». Todavía en algunos respiraderos tienen colocados cartones por si vuelve a ocurrir.

Justo estas últimas semanas se ha hablado de nuevo de la necesidad de la creación de la Ciudad de la Justicia y se ha barajado Altadis como un buen emplazamiento. «Sería una inversión importante pero se amortizaría. Dejarían de pagar todos los alquileres que ahora se están soportando», comenta José Herrera. «Para nosotros lo más importante es el servicio que damos al ciudadano y ahora mismo se vuelven locos porque cada juzgado está en un sitio», explican los funcionarios. «Si todo estuviera en un mismo lugar ganaríamos muchísimo en eficacia y la administración ahorraría».

Y eso que en papel sí se ha adelantado bastante. De hecho hay hasta una imagen virtual del proyecto, luego revisado. Incluso, se aprobó el estudio de detalle y en agosto de 2010 el Ayuntamiento de Teófila Martínez otorgó a la Junta la licencia de obras. En este tiempo ha habido tres presidentes autonómicos:Chaves, Griñán y Susana Díaz. Y varios consejeros de Justicia, entre ellos, dos gaditanos, como Luis Pizarro y Francisco Menacho, además de María José López, Evangelina Naranjo, Begoña Álvarez o el último, Emilio de Llera. Falta que alguno dé el paso definitivo.

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