El ojeador del Cádiz acepta once años de prisión por abusar de dos menores

Pedro M. V, entrenador de fútbol de categorías inferiores y ojeador del Cádiz C. F. , ha sido condenado a once años de prisión por abusar sexualmente de dos menores de edad . Aunque el juicio estaba señalado para este lunes, finalmente, las partes han llegado a un acuerdo de conformidad . El acusado, que ha sido trasladado desde Puerto II, ha reconocido ante el tribunal de la Sección IV de la Audiencia Provincial los hechos y ha aceptado la pena de once años de prisión. ElMinisterio Fiscal pedía 17.

Según han explicado tanto la defensa como la fiscal del caso, la decisión se ha tomado tras la conformación de la pena para impedir mayores riesgos debido a la situación traumática de los hechos. Además, con esta conformidad se ha evitado que los menores tengan que declarar en un juicio con el perjuicio que ello supone en casos tan sensibles como éste. La familia de las víctimas también lo han considerado oportuno después de que Pedro M. V. haya reconocido por primera vez los hechos.

La noticia de la denuncia y detención de este entrenador causó una gran alarma social cuando se supo en marzo de 2014, sobretodo en el mundo deportivo. Fue arrestado después de que fuera denunciado por un joven por haberle agredido sexualmente cuando era menor de edad. El juez ordenó su ingreso en prisión cuando se incorporó a las diligencias el testimonio incriminatorio de lo que podría ser una segunda víctima.

El pederasta, de 39 años, está en la cárcel. Allí seguirá internado por un delito continuado de abusos sexuales sobre un menor que denunció cuando ya era mayor de edad, un segundo delito de abusos sobre otro niño de 13 años, además de otra pena por utilizar a menores también para elaborar material pornográfico.

Según recordaba la calificación fiscal, Pedro M. V., se dedicaba a funciones de entrenador de algunos equipos de fútbol infantiles, «lo que era aprovechado por el procesado para contactar con ellos y establecer una relación de confianza y superioridad derivada de la diferencia de edad y de la posición que ostentaba en el equipo, a fin de conseguir de ellos contactos sexuales para satisfacer sus ánimos libidinosos». Así relata el escrito el caso de un chico que cuando contaba con 7 años fue víctima de presuntos abusos por parte del entrenador. «Con el pretexto de formarlo como futbolista, acaparaba la mayor parte de su tiempo y lo aislaba del contacto con otros menores de su edad». Esta situación era «aprovechada» por el acusado «para satisfacer» sus deseos sexuales.

La primera vez ocurrió en los vestuarios del club donde entrenaban, pero posteriormente «se repitieron habitualmente» en el propio domicilio del menor, aprovechando la ausencia de sus padres, o en otras instalaciones deportivas de la ciudad, hasta el año 2000. Ya habiendo cumplido la mayoría de edad el joven decidió denunciarlo.

Pero no fue el único caso . En sus funciones de ojeador del Cádiz para sus categorías inferiores, el acusado conoció en 2013 a otro joven. Le convenció de la misma manera, prometiéndole que haría de él un gran jugador. Así lo aislaba y se ganaba su confianza. Fue de viaje con él en varias ocasiones y era entonces cuando se propasaba y le hacía tocamientos.

Tras ser detenido por estas conductas, al procesado se le intervino su móvil. En él se descubrió cuatro vídeos que el propio acusado había grabado en los vestuarios. En ellos se pueden ver a menores duchándose o cambiándose de ropa. Eran utilizados por el acusado «para satisfacer su ánimo libidinoso».