Cádiz
El número de personas que pasan por el centro comercial de Cádiz cayó a la mitad este verano
El recuento de los dispositivos de Cádiz Centro Comercial Abierto pone cifras a una situación "dramática" en la que "la obsesión" de los establecimientos es "sobrevivir"
Cualquier trabajador de cualquier sector con el que se hable en estos días, de presunto final de vacaciones, de adiós a un agosto distinto e inicio de un septiembre lleno de temores, transmite la misma sensación de miedo e incógnitas . No es que hayan desaparecido las certezas, que nunca hubo muchas antes de marzo, es que se ha esfumado la confianza, que sí aparecía de forma cíclica en algunas firmas, en algunas áreas, en distintas etapas.
El comercio tradicional, de pequeño tamaño, era vulnerable al freno del miedo como todo pero es más representativo que otras piezas de la economía. Sumado a la hostelería, supone un termómetro infalible, un punto de encuentro entre autónomos, empresarios, muchos trabajadores y un enorme sector de población (turista o residente) que ejerce de usuaria durante toda su vida, con cierta periodicidad.
Su estado marca, de cierta forma, el de toda la comunidad en cualquier lugar . En Cádiz, esta medida del pequeño comercio habla también de un verano insólito, inédito . Hay pocos parámetros para traducir la sensación de vacío y pesar a números. La asociación Cádiz Centro Comercial Abierto (CCCA) ha encontrado uno para hacer balance de la campaña veraniega aunque ahora ni las estaciones, ni los cursos, ni las temporadas deportivas tengan un final o un inicio definido.
Este colectivo califica la situación de "dramática" . Su presidente, Manuel Queiruga, prefiere no detallar los cierres confirmados o temporales, ni los previsibles, "porque hay mucha gente pendiente de un hilo, con el agua al cuello o en proceso de ERTE", sin embargo, admite que hay muy poco espacio para la esperanza o el optimismo.
Una de las razones principales es que las calles del centro, del casco antiguo de Cádiz que es su ámbito de actuación, se han vaciado . CCCA cuenta con unos dispositivos que permiten contar el número de personas que pasan por ellas. Son cuatro aparatos en otras tantas zonas clave del circuito comercial. Todos los datos que dan ahora hablan de un desplome en la presencia de personas, vecinos o visitantes, de clientes. "Ese recuento nos dice, como media, que en estas semanas de junio, julio y agosto, el número de personas ha sido la mitad que en cualquier momento normal antes de marzo, febrero, que el verano anterior...". Hay un antes, y un oscuro después, desde que comenzó todo en esta parte del mundo, desde que estalló el temor al contagio de un nuevo virus llamado por la ciencia Covid-19.
" Con esas cifras, es lógico pensar que los ingresos en cualquier negocio se han reducido a la mitad en el mejor de los casos ", detalla Queiruga. Con la mitad de clientes, llega la mitad de ventas y servicios, dice la obviedad. Pero aún podría ser peor porque "la experiencia diaria nos dice que esos clientes que circulan ahora en menor número también gastan menos".
Esa percepción tiene una lógica comercial de difícil discusión: "Los que circulan en estas semanas de menos afluencia son principalmente los vecinos, los que viven en Cádiz. Y gastan menos, entran menos en los comercios como pasa en todos los lugares. Los que viven en una ciudad consumen menos y de otra manera . Repiten paso por las calles pero no repiten compra con tanta asiduidad. Es natural. Cuando viajamos, compramos de otra forma, consumimos productos y servicios distintos, con otra frecuencia. Es diferente a cuando estamos en nuestro lugar de residencia y eso se nota", explica. Por no hablar de un elemento intangible, el miedo a gastar ante la percepción de que los ingresos vayan a bajar o desaparecer por cierre de empresas y negocios, por el desempleo venidero.
La drástica bajada del turismo internacional, con los cruceristas incluidos, y el descenso del nacional tienen un reflejo directo en las cajas registradoras de todos los negocios. Pero Queiruga, dentro de la preocupación, tiene un momento de agradecimiento para los gaditanos: "Hemos observado que hay una tendencia a recurrir más al negocio de proximidad y hay que reconocerlo. Por desgracia, no llega para compensar la ausencia de otros clientes pero es un gesto que merece reconocimiento. Es importante que nuestros vecinos entiendan cada vez más la importancia de comprar algo en la tienda de su calle o su barrio, en su ciudad, antes que pedirlo por internet y que llegue de un lugar lejano porque ese gasto se va a ese lugar, no se queda aquí".
Además del temor a viajar y a salir, de la influencia del miedo en el turista y el vecino a entrar en contacto con locales, clientes y trabajadores, incide el presidente en la necesidad de adaptar los negocios "a la venta multicanal. No me refiero solo a tener una web y poder vender por internet. Es importante que el cliente sepa que también puede pedir un producto a una tienda de su ciudad y pasar a recogerlo, o que se lo envíen a casa. También de una tienda de aquí a un negocio de aquí. Es importante sumar esa opción a la compra física. Es difícil, hasta a las grandes empresas les cuesta, más aún a los pequeños comercios, pero es imprescindible sumar esos canales", defiende Queiruga.
Cuando se trata de concretar qué tipo de negocios son los más afectados, Queiruga dura porque son todos, pero hace especial énfasis «en el textil, además de la hostelería . Las tiendas de ropa no han tenido rebajas ni temporadas, no hay ingresos con los que afrontar la compra de nuevo género. Es complicado».
Adaptación a la emergencia
El desplome de personas en circulación es tan notable que la misión principal de las asociaciones de comerciantes ha tenido que adaptarse . De ser colectivos de representación y promoción, de animar a la visita y la compra frente a la competencia de otros emplazamientos comerciales, se ha pasado a una tarea casi exclusiva de asesoramiento, de auxilio, de información y mediación. "Es una situación tan preocupante que se nos escapa. No podemos hacer nada ni pensar en ninguna campaña o actividad, todo cambia muy rápido, ahora no tendría sentido. Toda nuestra actividad está en intentar trasladar las herramientas de la legislación, las ayudas y los recursos de compensación a los comerciantes. Ahora somos soporte y colaboración para que puedan ampararse en esos sistemas que van saliendo desde las administraciones".
Otra de las funciones en esta situación de emergencia comercial es "la compra en bloque , establecer una central de compras". En los últimos meses hubo semanas en las que "no había material necesario, no podías llegar a él". Se refiere a mascarillas y geles, limpiadores, mamparas o los trajes EPI. "Establecimos una central de compras que ha hecho algo menos difícil acceder a todo ese material para luego distribuirlo entre los asociados", protegidos además ante un mercado, unos precios, que, como siempre, tenían dentro a unos pocos oportunistas listos para aprovechar la situación de necesidad.
Con la mitad de gente en las calles del centro de Cádiz, o en las de cualquier lugar, el objetivo de los comerciantes gaditanos para los próximos meses es "una obsesión, la de sobrevivir abiertos" . Las medidas de seguridad no dejan de crecer, de mejorar pero falta que los clientes vuelvan. No parece que vaya a ser pronto ni en tropel.
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